«Historia de 2»: Pigmalión contra la Logse

La enseñanza como materia narrativa puede considerarse casi un subgénero en sí mismo. Títulos cinematográficos como «Los 400 golpes» o «Rebelión en las aulas» han abordado en el cine la complejidad que supone para el mundo adulto romper las barreras del infantil. Eduardo Galán, productor y dramaturgo, fue profesor antes que teatrero. Su análisis de los problemas que aquejan al sistema educativo español se revela desesperanzado y certero.

«Historia de 2» nace en ese maremágnum con «Pigmalión» como referente indisimulado: Ortiz, el profesor a punto de prejubilarse, se topa con Carmen, la madre, cajera, de un alumno problemático. Entre tutoría y tutoría, a lo largo de un curso, el maestro irá cincelando su obra. Del choque inicial se llegará al amor. Una evolución que Ana Ruiz agradece: actriz de recursos sobrados, ha trabajado a fondo el papel de la cajera, pero en los primeros encuentros Carmen es una parodia de Belén Esteban; en cambio, su interpretación crece con su personaje y acaba teniendo una profundidad conmovedora cuando lo dota de matices. Jesús Bonilla tiene fuerza, energía y maneras, pero es el peor enemigo de sí mismo: por momentos es incapaz de escapar de Jesús Bonilla, ese tipo que hemos visto tanto en la televisión.

Acaso la mayor virtud del texto de Galán es hacer lo que la película de Lewis Gilbert «Educando a Rita» hizo por la inglesa. En ese sentido su mirada es un bisturí y sus diálogos un diagnóstico que convierten a «Historia de 2» en una de las mejores obras del autor. Le puede el ansia de llegar al tuétano, olvidándose del placer del paseo cotidiano.

Solvente y ágil, Gabriel Olivares, director que ha llevado otras obras suyas, plantea en clave realista estas variaciones sobre un mismo encuentro que se suceden con las estaciones y sabe plantear con sencillez la intimidad y la soledad de los protagonistas fuera de la clase.