Ceuta

Las presiones marroquíes fuerzan un nuevo cierre de la frontera de Melilla

Tibieza con Marruecos pase lo que pase. Ésa es la estrategia que sigue la actual ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, en especial con su homólogo marroquí, Taib Fassi Fihri. Y es que mientras el Ejecutivo vende «normalidad» en sus relaciones con Marruecos, la larga lista de incidentes con el país vecino sigue engordando.

Un grupo de marroquíes protesta en la frontera de Beni-Enzar el pasado mes de septiembre
Un grupo de marroquíes protesta en la frontera de Beni-Enzar el pasado mes de septiembrelarazon

Ocurrió la noche del domingo, cuando la presión de un grupo de activistas marroquíes que reclamaban la soberanía de Ceuta y Melilla obligó a cerrar temporalmente el puesto fronterizo de Beni-Enzar entre Marruecos y Melilla. Según desveló ayer el delegado de Gobierno de la ciudad autónoma, Gregorio Escobar, la interrupción tuvo lugar durante apenas diez minutos e impidió durante ese breve periodo la circulación de vehículos y peatones en la entrada a Melilla desde Marruecos, aunque «inmediatamente se restableció la normalidad». Para Escobar, el suceso no pasó de ser una «cuestión puntual, dentro de la situación de normalidad» que se ha dado durante todo el fin de semana. Además, ha hecho un llamamiento a la tranquilidad de los ciudadanos melillenses para que el tránsito siga como hasta ahora.

Sin embargo, la situación podría agravarse de nuevo mañana. El mismo Gregorio Escobar desveló que existe una amenaza por parte de los mismos activistas de insistir con las protestas, y que la Delegación del Gobierno está trabajando «como siempre» para garantizar el tráfico fluido en la frontera y asegurar así que cientos de melillenses «puedan volver sin ningún problema» tras pasar unos días de vacaciones en Marruecos.

Pero el cierre provisional de la frontera de Beni-Enzar no fue el único incidente del día. El mismo domingo Marruecos volvía a denegar la entrada a su país a dos españolas. Y esta vez no se trataba de periodistas como ya es habitual. En esta ocasión, Rabat impidió el acceso a El Aaiún a las abogadas Inés Miranda y Dolores Travieso, que iban a acudir como en otras ocasiones en calidad de observadoras internacionales del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), a un juicio penal contra cuatro saharauis. Y ello a pesar de que contaban con los pasaportes y la Acreditación del CGAE, que incluía el visto bueno de la Ministra de Asuntos Exteriores.

Conversación con Fassi Fihri
La propia Trinidad Jiménez desveló ayer que ya ha hablado con el ministro de Exteriores marroquí Taib Fassi Fihri, sobre la resolución adoptada por el Parlamento alauí en la que exige reabrir la cuestión de Ceuta y Melilla con España, y volvió a insistir en que existe absoluta normalidad en las relaciones con Marruecos.

A pesar de que la conversación vía telefónica tuvo lugar poco después de aprobarse la resolución, Trinidad Jiménez había optado por no hablar de ello hasta ahora. La revelación tuvo lugar ayer, durante la recepción en el Congreso para conmemorar el Día de la Constitución en una conversación informal con periodistas. Sin dar más detalles de su charla con Fassi Fihri, con el que dijo mantener una fluida comunicación a pesar de que éste criticara los «excesos» de la Prensa española, Jiménez hizo hincapié en que la españolidad de Ceuta y Melilla no es uno de los asuntos de la agenda con el Gobierno de Mohammed VI. Eso sí, se congratuló de que ningún miembro del Gobierno marroquí se haya hecho eco de la resolución parlamentaria.

Al respecto se pronunció ayer también el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, del Partido Popular. «Es una provocación dirigida a enturbiar y tensionar las relaciones bilaterales entre los dos países», afirmó el regidor autonómico y explicó además que se trata de una propuesta que «carece de todo fundamento, ya que la españolidad de Ceuta y Melilla se basa en ponderosas razones jurídicas, políticas e históricas, al margen de la voluntad de ceutíes y melillenses».