Mal antiguo

El Atlético de Madrid es equipo mal construido y no por los fichajes de la actual temporada. El mal viene de antiguo. Del tiempo en que se fichaba una docena de futbolistas al año y se despedía al mismo número. Eran los años en que se destituía a media nómina europea y americana de entrenadores. El año del doblete fue la excepción. Los dos títulos ganados en la pasada campaña, también han confirmado la regla. El partido de anoche tuvo dos puntos fundamentales: el Atlético se topó en el ataque con Casillas, quien desbarató las mejores acciones atacantes, y el Madrid se encontró con la habitual defensa rojiblanca, que no merece garantías cuando delante hay jugadores con calidad. Salió el Atlético con garra, pero sin cabeza. Intentó valerse de la calidad de Agüero y dejó a Benzema que marcara entre dos centrales. Buscó el Atlético a sus hombres de ataque aunque sin precisión, más a la pata la llana. Con centrocampistas que ni protegen a la defensa ni impulsan a los delanteros, el balón se pierde y se acaba padeciendo el contragolpe. El entrenador madridista optó por un sistema precautorio dado que alineó a Lass y Khedira junto a Xabi Alonso y ocurrió que los dos primeros se convirtieron en atacantes inesperados. Sucedió lo que viene sucediendo últimamente, es decir, que Benzema no es el tronco con que fue valorado y desmontó la zaga rojiblanca en cada jugada. En medio partido acabó la pelea. El gol de «Kun», maquillaje.
Posdata. Aviso. Al Barça le cuesta cada día más confirmar las victorias.