Leganés

Esteban el Inquisidor

La Razón
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La verdad sea dicha hay que felicitar a Conde-Pumpido, su gestión ha reinstaurado dos prácticas históricas de nuestra más rancia administración de justicia: la censura y la persecución. La Fiscalía en Madrid encabezada por el fiscal jefe, Eduardo Esteban, ha iniciado una cruzada contra los enemigos de la fe, socialista se entiende, y se ha erigido en el azote de concejales, cargos públicos y administraciones gobernadas por el PP. Su fiebre en la ortodoxia socialista le ha llevado a actuaciones tan pintorescas como abrir diligencias contra la Comunidad de Madrid, porque se reiteraron varios accidentes de tráfico en la M- 607, o a saltarse a la torera el archivo del caso del espionaje y decidir que hay que seguir investigando. No recuerdo que la Fiscalía investigue a ninguna comunidad cuando todos los veranos hay centenares de muertos en las carreteras de toda España y sí recuerdo cómo este mismo fiscal jefe solicitó el archivo del procedimiento abierto contra el diputado socialista y ex alcalde de Leganés, Pérez Ráez. La Fiscalía de Madrid parece trabajar más por los intereses del PSOE que por los de la justicia. El distinto rasero y la parcialidad atacan, frontalmente, al Estado de Derecho, a la separación de poderes y a la libertad política. Al fiscal jefe de Madrid sólo le falta, para convertirse en inquisidor, pedir que le autoricen interrogar a los militantes del PP con los métodos de Guantánamo, al fin y al cabo vestir, ya viste de negro.