insomnio

A toda pastilla

La Razón
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En el siglo 21, las pastillas, como por ensalmo, parecen solucionar cualquier problema. Tratar con química todo lo que le acontece al cuerpo físico es habitual en una sociedad mecanicista. Sin embargo, para aquellos que somos seres espirituales viviendo una experiencia humana, tratar los síntomas sin abordar la causa tomando píldoras que sólo aportan soluciones temporales es poner parches. Los mecanicistas no suelen tener en cuenta la crisis espiritual (oportunidad de aprendizaje) que hay detrás de toda dolencia o acontecer vital. Además, está la parte práctica del cuidar de nuestra salud, equilibrio psicológico y bienestar. Tomar la PDD a tutiplén podría ser para muchas mujeres como coger una pistola y jugar a la ruleta rusa metafóricamente hablando. Que no se hable abiertamente de los efectos nocivos de las medicinas alopáticas no significa que no existan. Cada uno es libre de darle a su cuerpo lo que quiera, pero debe asumir los riesgos potenciales. Es aconsejable cuestionar los argumentos de los que venden el producto, y analizarlos con el sentido común, puesto que cada uno tenemos una naturaleza. Llenar el cuerpo de hormonas y de otros compuestos químicos suele tener, a largo plazo, consecuencias nada deseables. Tienes un cuerpo para toda la vida. No lo trates como si fueras su enemigo, pues es el templo de tu alma. Las pastillas no lo solucionan todo, ni tan siquiera lo impiden todo. Ninguna píldora te librará de la responsabilidad de vivir. Cuídate, y no vayas por la vida a toda pastilla.