España

«Todos tendrán cabida en la iglesia Juan Pablo II»

El templo se inaugurará el próximo noviembre en Madrid

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MADRID- El padre Luis de Lezama ejerció de «siervo» de Juan Pablo II. Y lo hizo con gusto. Presidente de la Fundación Lezama, complejo de restaurantes, hoteles y escuelas de hostelería que se gestó hace 40 años a partir de un albergue juvenil en Vallecas, el sacerdote y su equipo sirvieron a Juan Pablo II las comidas que degustó durante sus visitas a Madrid durante 20 años. La primera vez fue en 1983, en su primer viaje a España. Ahora, le ofrecerá un último servicio: la primera iglesia dedicada a Juan Pablo II en nuestro país, que empezó a edificarse el pasado julio en el madrileño barrio de Montecarmelo y que abrirá sus puertas en noviembre, inaugurada por el cardenal Antonio María Rouco Varela. Un «leitmotiv» del Pontífice recibirá a los feligreses: «Abrid las puertas a Cristo. No tengáis miedo». «Antes no se podía declarar el culto a nadie hasta que no fuera beatificado», explica el sacerdote que, con la beatificación de hoy, se siente orgulloso de «haber llegado a tiempo». El padre explica que será una iglesia moderna, de acero, viga y hormigón, con asientos abatibles y un aforo de 600 personas, merced al diseño de Naso González. Pero sobre todo, será muy «transparente»: «Usaremos mucho cristal. Siempre le viene bien a una iglesia: que se vea fuera lo que ocurre dentro, para que se manifiesten el testimonio y la fe», afirma. Y subraya: «Será una parroquia blanca, en la que todos los movimientos tendrán cabida». El templo acompañará al Colegio Santa María la Blanca y a su parroquia, dirigidos por el padre Lezama. El sacerdote destaca su pontificado «por sus gestos y presencia», además de la «gran cantidad de detalles que tenía aquellos que se cruzaron con él». Fue un Pontífice que «iba más allá del simple documento doctrinal». Son muchas las anécdotas, como aquella en la que Juan Pablo II le dijo: «El Papa quiere algo español». Pensando que se refería a algo de comer, le hizo varias sugerencias. Sin embargo, le sorprendió cuando le respondió que lo que quería era «una siesta». Pero si ha de quedarse con un gesto, sería el que tuvo en su último viaje a España, en 2004, cuando felicitó a Lezama y a su equipo por sus servicios. «Me miró y me dijo: ‘‘Don Luis, no deje a los jóvenes''». Lezama ha estado muy arropado en su proyecto. Primero, por los donativos de 20 y 30 euros mensuales que ha recibido –y que aún pueden realizarse en www.santamarialablanca.es–. Y después, por amigos tan afamados como Plácido Domingo y Julio Iglesias. De hecho, casó a este último. Ambos ofrecerán una gala en otoño con el objetivo de recaudar fondos. para el templo.