Cataluña

El trasplante renal como solución

Operan a un bebé de 20 meses con éxito. Los médicos aseguran que es la opción para mejorar la vida de los niños con problemas graves 

El bebé Ilias Ben Mouh y Gerard posaron con sus familias y el doctor Antonio Alcaraz
El bebé Ilias Ben Mouh y Gerard posaron con sus familias y el doctor Antonio Alcarazlarazon

BARCELONA- Cada año, una docena de niños catalanes –60 en toda España–, tienen que recibir un trasplante de riñón o deben someterse a diálisis porque la insuficiencia renal que padecen pone en peligro en su vida. Uno de cada cuatro de estos enfermos necesita un nuevo riñón antes de los dos años de vida si no quiere retrasar su crecimiento, tener enfermedades del corazón o ver impedido su desarrollo psicomotor e intelectual. Así lo explicaron ayer los responsables del servicio de Urología del Hospital Clínic y del servicio de Nefrología del Hospital San Joan de Déu, que hicieron balance conjunto del programa de trasplante renal a menores de 18 años que sendos centros comparten desde el año 2001.

Complejidad extrema
Tras una década de duro trabajo, han podido realizar con éxito 54 trasplantes de riñón a niños, muchos de ellos con una complejidad extrema, ya que el 18 por ciento de las intervenciones se realizaban a bebés de menos de once kilos y seis de ellos apenas pesaban ocho kilos.

Quizá el caso más llamativo, y reciente, es el de Ilias Ben Mouh, un bebé de 20 meses que hace apenas 18 días recibió un trasplante de riñon cuando sólo pesaba ocho kilos y está dado de alta desde hace una semana. Su padré, Ahmed, explicó que el pequeño tenía que conectarse cada noche a una máquina de diálisis renal para que le limpiase la sangre mientras dormía.
«Tenemos una apuesta clara por trasplantar el riñón cada vez en edades más tempranas para favorecer el desarrollo del bebé y que gane peso pronto», explicó el jefe del servicio de Urología del Clínic, Antonio Alcaraz. Teniendo en cuenta que la insuficiencia renal evita que el bebé crezca con normalidad, el objetivo del programa unitario de sendos centros es ofrecer un trasplante «en cuanto sea posible».

Para mostrar las positivas consecuencias de este tipo de intervenciones, los responsables hospitalarios se rodearon de la familia de Ilias y de la de Gerard, de 11 años y que hace una década, cuando sólo tenía 18 meses, recibió un trasplante de un niño de tres años. Apenas comía y tenía dificultades para tener el peso ideal para su operación de riñón, pero, pese a las dificultades, logró llegar al quirófano con el límite de peso para el trasplante. Los especialistas aseguraron que en el futuro se podrá bajar de los ochos kilos en las intervenciones, para facilitar el futuro de los niños.

Teniendo en cuenta que los más pequeños tienen prioridad en las listas de espera de órganos, los doctores del Clínic y de Sant Joan de Déu vaticinan que el trasplante renal será la primera opción de tratamiento y dejará atrás a la nada cómoda diálisis diaria, una situación que ya se da en el 23 por ciento de los casos.