Génova
Sin bandazos por Iñaki Ezkerra
Me lo explicó muy bien un taxista al que le pregunté si en su trabajo se notaba la crisis: «En este negocio hay mañanas en las que sólo pillas un par de clientes, pero lo peor es cuando te pones nervioso y, para ver si tienes más suerte, cambias la ruta habitual; entonces no pillas ninguno». La observación vale para las campañas electorales y las políticas económicas. Unas son metáforas y anticipos de las otras.
No es casualidad que el PSOE dé bandazos en ambas perdiendo cada vez más «clientes», o sea más votos y más credibilidad ante los mercados, como no es casualidad que el Partido Popular esté siguiendo una campaña diseñada con tiralíneas, cosa que le pone muy nervioso a un Rubalcaba que no es sólo de la misma escuela de la improvisación que Zapatero sino que es el que la inventó.
La versatilidad que el aún presidente en funciones tuvo en la campaña de 2004 para abrazar todas las pancartas de la oposición era un augurio de los bandazos que daría luego. Es la misma versatilidad con la que Rubalcaba tan pronto pide clemencia al capital del BCE como hace guiños al 15-M.
Rubalcaba dice que el PP no tiene programa y a la vez se queja de que Rajoy ande con papeles. Pero donde no hay papeles es donde no hay programa. Rajoy le ha propuesto a Zapatero que su Gobierno saliente trabaje en equipo con el Gobierno entrante antes de la formación de éste, o sea que los papeles que tenga se los pase. Y es que mejor resultado da en la vida ir con los papeles a todas partes que dar bandazos y perder los papeles.
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