Huelva

Diez millones al día en deuda y caída a la mitad de las inversiones en tres años

La partida para turismo, «motor de la recuperación», cae un 36 por ciento para 2013

La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, entregó las cuentas al Parlamento: 5.355 páginas y algo más de 13 kilos
La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, entregó las cuentas al Parlamento: 5.355 páginas y algo más de 13 kiloslarazon

Sevilla- El primer Presupuesto del bipartito (PSOE-IU) y el más difícil de la etapa de crisis vio ayer la luz de forma precipitada al apurar al máximo los tiempos el Gobierno andaluz. Lo que antes era un triple proceso, ayer se hizo de una tacada: envolvente financiera, presentación del Proyecto de Ley de Presupuestos y entrada en el Parlamento andaluz. El sprint presupuestario se notaba en la cara de algunos colaboradores de la consejera. Se esperaban unas cuentas más restrictivas de lo que al final han sido. 30.706.702.826 euros, un 4,1 por ciento menos que el Presupuesto inicial de 2012 (32.020 millones), pero sensiblemente superior al montante que resultó tras el recorte de 2.504 millones de euros por el ajuste del plan de reequilibrio financiero 2012-2014. Este «tijeretazo» previo le ha dejado el camino prácticamente hecho para 2013 al Ejecutivo de Griñán.

El gasto de las distintas consejerías cae un 10,7 por ciento. Es especialmente notable el recorte en turismo y comercio, de un 36,1 por ciento. Ya lo fue del 16,4 por ciento en las cuentas de 2012. Contrasta este descenso con el discurso oficial lanzado por la Junta. El presidente andaluz, el martes, dijo en Huelva que el turismo, que representa el 11 por ciento del PIB, será «uno de los motores de la recuperación económica». La rebaja es generalizada en todas las consejerías, incluida Educación (-9,7 por ciento) y Sanidad y Bienestar Social (-10 por ciento), dos de las líneas rojas que había trazado Izquierda Unida. Con todo, la Junta alardea de la educación como una de las banderas de las cuentas, con 206 millones de euros para becas o 65 millones para gratuidad de libros de texto.

Otro de los pilares es el empleo. Las cuentas reservan 370 millones para programas específicos. Además del anunciado plan de acción social de 60 millones de euros, la partida para rehabilitación de vivienda se incrementa hasta los 45 millones y se mantiene íntegramente la dotación del Plan de Fomento del Empleo Agrario (78,5 millones), el antiguo PER. El aumento, desde 2010 (36,5 millones) es del 115 por ciento.

En esta última partida se nota la mano de IU. Y en otras como el aumento del 12,2 por ciento del programa de solidaridad o los 20 millones para la red de solidaridad alimentaria. La Junta sigue manteniendo el incremento del 2 por ciento para el complemento de las pensiones asistenciales, las más bajas.

La fórmula que tiene la Junta para cuadrar las cuentas es llevar una vez más al límite el endeudamiento. El margen de déficit fijado por el Gobierno es estrecho, del 0,7 por ciento. Pero en el endeudamiento reside el principal lastre de las cuentas. Entre los gastos financieros –es decir, pago de intereses, que crecen un 30,2 por ciento– y los pasivos –el dinero que tiene que devolver el Ejecutivo, 2.579 millones, un 73 por ciento más–, suponen un montante de 3.639 millones de euros, lo que supone una carga de diez millones de euros al día.

Esta cantidad es prácticamente igual a las inversiones, que ascienden a 3.814 millones de euros. El recorte es del 20 por ciento. Caen aproximadamente a la mitad si se comparan con las de 2010, cuando superaban los 7.000 millones de euros.

Las inversiones productivas tienen un retorno a las arcas públicas. De ahí que un recorte excesivo pueda tener un efecto bumerán en las cuentas y el PIB, especialmente por la caída de la actividad económica. Por esta circunstancia le preguntó este periódico a la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo. La tesis de Aguayo, que calificó el Presupuesto como de «resistencia», es que la prioridad no es «hacer un kilómetro más de autovía», sino «preservar los servicios públicos» y ayudar a la gente que lo está pasando muy mal en estos momentos. «¿Para qué queremos hacer un hospital de 400 millones de euros y que después tengamos que dejarlo caer?», deslizó.