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Crítica de cine

Pocas nueces

Autora: Romina Paula. Director: Lautaro Perotti. Reparto: Eloy Azorín, Santiago Martín, Fernanda Orazi. Festival de Otoño. Teatro Pradillo. Madrid, 31-V-2011.

La Razón
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Ni todo el monte es orégano, ni todo el teatro argentino que nos llega bajo la etiqueta de independiente trabaja en las mismas coordenadas ni con los mismos resultados. Quizá se esperaba otra «Omisión de la familia de Coleman» del debut como director en España de Lautaro Perotti, uno de los actores de la trilogía de Tolcachir. Pero el estreno de «Algo de ruido hace» deja sensaciones encontradas. En esta historia de dos hermanos alienados tras la muerte de su madre que viven una existencia de ostracismo –su comportamiento roza lo esquizofrénico–, y de la visita de una prima –la única normal de los tres–, Perotti encuentra un vehículo para hacer brillar lo mejor del «sello» de Timbre 4: trabajo actoral intenso, interpretaciones conectadas entre sí, frescura...

Lo logra además con dos actores españoles, no acostumbrados a su sistema de trabajo, Eloy Azorín y Santiago Marín, ambos muy convincentes; aunque si cabe destacar a alguien es a Fernanda Orazi, que aporta profundidad, energía y normalidad a un trío protagónico casi incomprensible. Y ahí aparece el problema del montaje: el texto, que firma la dramaturga Romina Paula, es una historia de tintes sobrenaturales, incluso terroríficos, con ruidos espectrales de fondo, pero mal explicada.

¿Conviven los protagonistas con el fantasma de la madre o están sencillamente mal de la cabeza? Lo ambiguo de la narración aporta poco a una historia psicológica que hubiera ganado de profundizar más en la indagación del pasado común y los mecanismos de la desmemoria, apuntes prometedores pero insuficientes. El humor brilla por su ausencia y la conducta de los hermanos llega a ser irritante. Al final, demasiado ruido y pocas nueces: o sea, historias interesantes que contar.