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Marsella

Rajoy acelera con Zapatero el relevo para cerrar su programa de Gobierno

Ya lo anticipaban en el entorno de Mariano Rajoy en campaña. Su prioridad después del 20-N sería respetar los procedimientos, pero dejando constancia desde el primer día de que tomaba el control de la situación. Después de nombrar la comisión negociadora del traspaso de poderes y colocar a su cabeza a Soraya Sáenz de Santamaría, ayer el presidente electo dio otro paso más en esa dirección con una reunión de dos horas en La Moncloa con el presidente en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero.

Zapatero y Rajoy en una imagen de archivo
Zapatero y Rajoy en una imagen de archivolarazon

MADRID- La entrevista se concertó con la máxima discreción y Rajoy se marchó a primera hora de la tarde a La Moncloa sin ni siquiera dar explicaciones en Génova del contenido de su cita.

Por la mañana el camino se lo había despejado su «escudera», Sáenz de Santamaría, en un primer contacto con el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, para abordar el relevo. Volverán a verse el viernes. En el caso del PP, a partir de ahora la delegación que ayer se reunió con Jáuregui se ampliará con otros portavoces sectoriales y parlamentarios que tratarán de «tú a tú» a cada Ministerio.

En cualquier caso, el capítulo mollar del traspaso de poderes es la situación económica y financiera de España, así como la estrategia a seguir en Europa para recuperar una voz propia y defenderse de la presión de los mercados y de los acreedores.

Zapatero ratificó ayer a Rajoy su compromiso de pactar con él todas las decisiones que adopte de aquí hasta su investidura como presidente del Gobierno, y a acudir también al Consejo Europeo del día 9 con una voz única. Volverán a reunirse antes de esa cumbre. Aunque Rajoy no participe directamente en ese cónclave europeo, previamente ya habrá tenido oportunidad de trasladar sus impresiones al presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy, y a la canciller alemana, Angela Merkel, en la reunión que el Partido Popular Europeo celebrará los días previos en Marsella. Ayer los dos analizaron la crisis de los mercados y sus consecuencias en nuestra deuda soberana, así como la inviabilidad de que nuestra financiación externa siga estando a un nivel del 7 por ciento.

Sobre la situación doméstica, entre otras cuestiones a Rajoy lo que más le preocupa es el déficit público; el problema que afecta a las entidades financieras y cómo avanza su reestucturación; las malas previsiones de paro que hay para el cierre del año; y el marco presupuestario al que tendrá que enfrentarse el nuevo Gobierno. Rajoy necesita tener la última radiografía, lo más exacta posible, de las cuentas públicas para a partir de ella elaborar su plan de ajuste del gasto, que afectará a todas las partidas. Hasta ahora siempre ha hecho la salvedad de Educación, Sanidad y Pensiones.

La reunión de ayer fue «cordial» y el cauce de diálogo seguirá abierto. En el PP descartan en principio que vaya a haber problemas en el traspaso de poderes, un proceso que incluso en una situación de excepcionalidad como ésta acaba siendo presidido por la formalidad de lo protocolario. Por medio de las conversaciones manda la agenda en cada ministerio, en qué situación están los ministros o si hay negociaciones en la sombra pendientes a nivel nacional o internacional.

La culminación del relevo se producirá cuando el nuevo Gobierno tome posesión de sus cargos y Rajoy esté instalado en el Palacio de la Moncloa. Será entonces cuando empiecen las reuniones con los interventores de cada ministerio y con los directores generales recibidos en herencia, que son, realmente, quienes tienen en su poder las cifras, las facturas y lo que se guarda en los cajones de cada uno de los departamentos. Así ocurrió ya en 1996 cuando el primer Gobierno de Aznar.

Hasta dentro del PP se ha hablado de la conveniencia de pedirle a Zapatero que adelantase al día 7 de diciembre, mediante un decreto de Presidencia, la fecha de la constitución de las Cortes Generales, prevista para el día 13. Pero Rajoy no le planteó ayer esta hipótesis al presidente en funciones. Como ya ha dicho en público, respeta el calendario establecido, aunque ajustándose a él es partidario de acelerarlo todo lo máximo posible, reduciendo, por ejemplo, los plazos para que se constituyan los grupos parlamentarios. 

 

El Gobierno «marea» con los plazos
Hace dos días el Gobierno negaba por activa y por pasiva que se pudieran acortar plazos para la toma de posesión de Rajoy. Ayer cambiaba de opinión y parece que ahora, el Gobierno sí lo ve factible. El vicepresidente en funciones, Manuel Chaves, reconoció ayer la posibilidad de adelantar la investidura de Rajoy al 15 o 16 de diciembre. El presidente del Congreso, José Bono, dijo que sólo después de constituirse las Cámaras, el 13, podrá haber «más prisa o más demora en los plazos de las consultas del Rey a los grupos y la propuesta que haga el Monarca a Rajoy».