Barcelona

Primera misa protesta contra el bloqueo en el Valle de los Caídos

Una misa de «campaña» en la puerta del Valle de los Caídos. Así se ha materializado la protesta que ayer realizaron los monjes benedictinos y que repetirán todos los domingos de las próximas semanas. Y es que en los últimos siete días la Guardia Civil ha impedido a los fieles el acceso al recinto en tres ocasiones. El motivo, alegan, las obras que desde principios de año se llevan a cabo en la Piedad de la fachada de la iglesia, paralizadas en la actualidad. Desde Patrimonio Nacional consideran que estas obras pondrían en riesgo a los visitantes.

 
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A la intemperie, en un terreno irregular, humedecido y con apenas diez grados de temperatura, unas 300 personas asistieron ayer a la misa improvisada, en un clima de absoluto respeto y silencio, sólo alterado en el tramo final de la ceremonia por los gritos de «¡Viva el Papa!». Sin la presencia del abad Fray Anselmo, que acompañó al Santo Padre en su visita a Barcelona, fue el padre Santiago quien ofició la misa. En su homilía recordó las palabras de Benedicto XVI sobre el laicismo agresivo imperante en España, así como su deseo de que el Valle de los Caídos siga siendo reconocido como pleno lugar de culto para cristianos. Sin embargo, ni las palabras el Papa en España ni el hecho de que se trate de un templo sometido al derecho pontificio hicieron posible una celebración normal.

Provistos de un altar portátil, la mayor parte de los monjes y el medio centenar de niños que componen el coro de la escolanía bajaron hasta la puerta de acceso del recinto, custodiada por agentes de la Guardia Civil, para oficiar la misa. La megafonía, imprescindible para el acto por la cercanía de la calzada y el ruido de los vehículos, corrió a cargo del párroco de San Lorenzo de El Escorial.

El presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, Pablo Linares, explicó que «no ha habido diferencias con otros días. No se podía pasar por órdenes superiores a pesar de que existe el derecho de libertad de culto». Hacía referencia a lo ocurrido el pasado miércoles cuando un grupo aproximado de 250 personas se disponía a asistir a la misa funeral en recuerdo a todos los caídos de la Guerra Civil española. Fue la primera vez que la Guardia Civil, cumpliendo órdenes de la Delegación del Gobierno en Madrid, impidió el acceso al templo. La escena volvió a repetirse este sábado. Unos 30 coches y varios autobuses tuvieron que regresar casa por donde habían venido.

Acciones legales

La Asociación en Defensa del Valle de los Caídos mostró, una vez más, su apoyo a los monjes benedictinos y anunció que ya ha interpuesto diferentes acciones legales contra el cierre del Valle, incluida «casi con total seguridad» la presentación de una querella contra el Gobierno ante la nueva situación. «Antes se prohibió el turismo y el culto, pero se dejaba pasar a la misa de las once. Ahora ya ni eso», afirmó Linares, quien añadió que también han recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid la decisión de mantener cerrado al público el recinto.

Según la Delegación del Gobierno, «en absoluto» se ha dado orden específica a la Guardia Civil para restringir la entrada a las misas. Sin embargo, ya han sido tres las ocasiones en que ha sucedido. La prohibición, según la Delegación, viene motivada por «los informes de seguridad» que «coinciden en la necesidad de reforzar el control de acceso para garantizar la seguridad de las personas». Linares, por su parte, ve de fondo la Ley de Memoria Histórica. «Protestaremos aunque caigan chuzos de punta», concluyó.