Nueva York
Las agencias se ensañan con la banca española
Moody's reduce entre uno y cuatro escalones la nota de 28 entidades financieras. El recorte de rating pone aún más trabas a la financiación de bancos y cajas en el mercado
SANTANDER- El rodillo de Moody's pasó anoche por el sector financiero nacional, dispuesto a recibir cuanto antes la asistencia europea, y dejó al grueso de la banca española fuera de la financiación en el mercado de renta fija privada. Al filo de la media noche, la agencia de calificación de riesgos anunció el recorte de la nota de 28 entidades de crédito entre uno y cuatro escalones.
Con esta decisión, casi todas las entidades entran en la categoría de «bono basura», lo que les cierra las puertas de la financiación a través de la emisión de deuda. Las rebajas afectan a Santander, BBVA, Caja Laboral, Banca March, Caja Rural de Navarra, CaixaBank, Bankinter, Banesto, Popular, Sabadell, Kutxabank, Unicaja y Pastor. Les siguen CECA, Caja Rural de Granada, Bankoa, Liberbank, Ibercaja Banco, Cajamar Caja Rural, Ahorro Corporación Financiera, Lico Leasing, Bankia, Banco CEISS, Catalunya Banc, NCG Banco, Banco CAM, Dexia Sabadell y Banco de Valencia. Moody's ha colocado, además, a 16 de estas entidades en perspectiva para una nueva rebaja.
Sólo Santander y algunas de sus filiales («Baa2»), así como Popular («Baa1»), se quedan por encima de la nota de España. En el caso del BBVA, así como en los de Caja Laboral, CaixaBank y el ICO, el «rating» queda equiparado al español. Por su parte, entran en la categoría de «bono basura» la mayoría de las entidades, como Bankia, que cae de «Baa3» a «Ba2». La peor nota se la lleva el rescatado Banco de Valencia, con «B3», mientras que otras entidades como Nova Caixa Galicia o Liberbank reciben una calificación de «B1» y «Ba2», respectivamente.
El procedimiento usado por Moody's fue el habitual de las agencias: rebaja de rating soberano –España se quedó al borde del «bono basura» el 13 de junio, en «Baa3»–, compás de espera para que el mercado digiera el recorte y recorte masivo de la banca.
La diferencia radicó en que, en esta ocasión, la brecha entre el segundo y el tercer paso se alargó más de lo habitual, ya que la firma intentó ganar algo de tiempo para evaluar el plan de ayudas a las entidades, pero no logró la información necesaria y no pudo retrasar más la rebaja. En cualquier caso, la sentencia estaba dictada y un mayor volumen de cifras no hubiera cambiado la decisión.
La agencia atribuyó el recorte al «debilitamiento de la solvencia del Gobierno español como quedó reflejado en la revisión del pasado 13 de junio de nuestra nota a la deuda soberana española», según afirmó en un comunicado de prensa. Moody's detalló que los problemas de solvencia del Gobierno español no sólo afectarán a su capacidad para ayudar a las entidades financieras con problemas sino que también repercutirá en el perfil crediticio de esas entidades.
La agencia justificó también la decisión al considerar que la exposición de los bancos a préstamos de bienes raíces comerciales «probablemente provocará mayores pérdidas», lo que «incrementará las probabilidades» de que terminen por necesitar ayuda externa.
Pese al masivo recorte, la agencia de calificación de riesgos señaló que «ve positivamente las medidas de apoyo introducidas por el Gobierno español para apoyar el sistema bancario en su totalidad». Moody's agregó que evaluará el impacto de esa próxima recapitalización bancaria una vez se conozca el importe final, el periodo y la forma en que la financiación se entregará a cada uno de los bancos que lo requieran.
Horas antes de realizarse el anuncio, los directivos del sector financiero nacional mostraron su rechazo a lo que parece una persecución por parte de la compañía norteamericana y de las otras calificadoras.
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