España

Los obispos llaman a preservar «el bien de la unidad» de España

La Iglesia muestra su «inquietud» por el desafío independentista de Mas

Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal
Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopallarazon

Madrid- «Propuestas políticas encaminadas a la desintegración unilateral de la unidad cultural y política de esa antigua nación que es España nos causan una gran inquietud». Con esas palabras, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal alude, sin mencionarlas, a las posturas secesionistas de los nacionalistas catalanes, y quizá también a las del independentismo vasco y gallego. «La doctrina que exponemos no la hemos inventado ahora», explicaba a LA RAZÓN el portavoz episcopal, Juan Antonio Martínez Camino. «Es la doctrina social de la Iglesia, la de siempre, aplicada a nuestra situación concreta, desarrollando lo que ya dijimos en 2006 y aún antes en 2002».

Martínez Camino destacó que se trata de una declaración aprobada con 17 votos a favor y sólo cuatro abstenciones, «sin que ningún obispo haya votado en contra; no hay muchas entidades que logren un nivel así de casi unanimidad». Cada obispo votó en secreto, sin que los demás supiesen qué votaba cada uno.

La declaración, titulada «Ante la crisis, solidaridad», trata en general sobre la crisis económica, la responsabilidad social y la moral pública, pero se refiere al tema del nacionalismo preocupado por sus efectos sobre el bien común.

Así, dedica un párrafo a «exhortar encarecidamente al diálogo entre todos los interlocutores políticos y sociales. Se debe preservar el bien de la unidad, al mismo tiempo que el de la rica diversidad de los pueblos de España». El texto remite a la Instrucción pastoral de 2006 «Orientaciones morales ante la situación actual de España», en la que «se hacía una llamada a la responsabilidad respecto del bien comúnd e toda España que hoy es necesario recordar».
«Las acciones unilaterales no son prudentes, hay obligación moral hacia el bien común de toda España», resume el obispo Martínez Camino a instancias de LA RAZÓN. «Eso no significa sacralizar ni la Constitución ni la unidad de España, ya sabemos que España no sale en el Evangelio», puntualiza el portavoz de la Conferencia Episcopal. «Pero la doctrina social se aplica a una situación concreta». Y esa situación concreta es «esa antigua nación que es España», con «una larga historia de unidad cultural y política». «No hay contraposición entre unidad y libertad», explicó el obispo.

La nota abunda en llamamientos a la generosidad. «Invitamos a apartarse de los ídolos de la ambición egoísta y de la codicia que corrompen la vida de las personas y de los pueblos, y a acercarse a la libertad espiritual que permite querer el bien y la justicia, aun a costa de su aparente inutilidad material inmediata», proclaman, en un lenguaje que une la lucha contra la crisis económica con lo que parece una alusión a cierto nacionalismo como egoísmo.
La Iglesia también previene contra los que quieren pescar en río revuelto. «Determinadas propuestas políticas han venido a añadir elementos de preocupación en momentos ya de por sí difíciles», comentan. «Los obispos están siempre a pie de calle», explicó Martínez Camino. Quizá por eso, el documento reconoce la existencia entre la población de «malestar», «irritación y desencanto» hacia las instituciones públicas que no son capaces de dar una solución a la crisis. Dicho malestar se da especialmente entre los jóvenes. «Es comprensible que entre ellos se extiendan, acaso especialmente, los sentimientos de desafección y de rechazo».

Avisan de que «este malestar no debería ser alimentado como excusa para la promoción de ningún interés político o económico particular, a costa del interés general, tratando de aprovechar en beneficio propio el descontento o el sufrimiento de muchos». Por el contrario, piden «la búsqueda sincera del bien común y al trabajo por construirlo entre todos» .
Martínez Camino quiso insistir varias veces en el agradecimiento de los obispos por el trabajo de tantos voluntarios que combaten la crisis desde Cáritas y las parroquias. Los obispos piden a las autoridades que eviten especialmente los deshaucios, «porque nos llegan muchas sugerencias y voces que lamentan que no se arbitran soluciones que son posibles», explicó el portavoz. También piden los obispos una mayor «protección del matrimonio y la natalidad», porque «sin la familia no habrá salida duradera de la crisis».

Además, piden a las autoridades «velar por que los costes de la crisis no recaigan sobre los más débiles, con especial atención a los inmigrantes, arbitrando más bien las medidas necesarias para que reciban las ayudas sociales oportunas».

Cuando la Iglesia se opuso a «Padania»
En 1994, el líder populista del norte de Italia Umberto Bossi se inventó el independentismo de «Padania», nombre que agrupaba a regiones ricas del país que no querían contribuir al sur pobre. Juan Pablo II pidió ese año a los obispos italianos que se opusiesen a estos planteamientos: «Superar los peligros del separatismo con una actitud honrada de amor al bien de la propia nación y con comportamientos de solidaridad renovada», pedía el Papa en un discurso que los obispos españoles recuperaron en 2006 y recuerdan hoy de nuevo.

En 2006, los obispos españoles escribieron sobre «Los nacionalismos y sus exigencias morales». Pedían, para juzgar la moralidad del nacionalismo, tener en cuenta «la realidad histórica de la nación española en su conjunto» y la «antigua unidad espiritual y cultural de todos los pueblos de España», respetar «la verdad de los hechos y la historia», considerar «los bienes de la unidad y de la convivencia» y guiarse por «solidaridad y respeto hacia el bien de los demás».

España es un bien. Ésa es la tesis básica del documento de 2006 que hoy se recupera. «Es un bien importante poder ser ciudadano en igualdad de derechos en cualquier territorio del actual Estado español», recordaban. «¿Qué razones actuales hay que justifiquen la ruptura de estos vínculos?». Toda propuesta debería servir al bien común.