Semana contra la violencia

Me parece razonable que a los hijos de personas maltratadas, que no son sólo mujeres, se les considere víctimas directas de la violencia intrafamiliar. Sufren el maltrato psicológico incluso más que los maltratados, porque carecen de herramientas de autodefensa. Muchos acaban huérfanos e incluso asesinados. De mayores, repiten el patrón de maltrato que vieron en casa, convirtiéndose en la pesadilla de nuevas víctimas. Luego que se atienda a este indefenso colectivo es vital para toda la sociedad. En esta semana de repulsa hacia la violencia intrafamiliar queremos acordarnos también de los hijos. Con un trágico año de asesinatos de mujeres, cuesta creer que se esté caminando hacia la erradicación de la denominada violencia de género. Igual de espeluznante sea él o ella quien maltrate. Lo que no encaja es que el número de denuncias y el uso del servicio telefónico de atención y protección móviles hayan caído. Que sólo se activara una parte de los dispositivos GPS responde a que muchas mujeres minimizan el riesgo real al que viven sometidas y no denuncian. Desde el desaparecido Ministerio de Igualdad se dijo que se debía a la falta de concienciación de la sociedad y a la falta de diligencia de las sedes judiciales, pero lo que es necesario, más que pulseras que no se están usando, es educación, dureza en las condenas y seguridad para las víctimas, incluidos los hijos.