Toledo
Ver oír y asentir
Ayer, la sede de este periódico sufrió una metamorfosis hasta convertirse en un congreso del PP ante la aglomeración de populares –y de sus correspondientes escoltas– que querían ver y oír a José María Aznar... y por qué no decirlo, deseosos también de que el ex presidente del Gobierno y presidente de FAES les viese a ellos. Así que, prietas las filas, y vista al frente, más que nada porque era difícil, por no decir imposible, moverse en el centímetro cuadrado que cada uno tenía asignado, directamente proporcional a la expectación con la que se escuchaba, primero a Alfonso Ussía –ejerciendo de espléndido anfitrión de esta casa– y a Aznar, el genuino protagonista, que, como acostumbra, no decepcionó.
Así lo entendieron –como el resto de los presentes– Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Ana Mato y Soraya Saénz de Santamaría, que ocuparon con premura sus asientos, ante la actitud de otros, mucho más remolones.
Una de las más significadas fue Esperanza Aguirre, que incluso emplazó a Aznar a disputar un partido de golf, ahora que él ha vuelto a ensayar su «swing». A Ruiz-Gallardón, presente en la conversación, sólo le faltó poner el campo en calidad de alcalde de Madrid, que sorprendió a los presentes llegando en un coche de esos que hacen un corte de mangas a la contaminación puesto que no emiten más gases contaminantes de la cuenta. El protocolo de los colaboradores de Aguirre y Ruiz-Gallardón se cumplió escrupulosamente. Manuel Cobo y Pedro Calvo llegaron antes de Ruiz-Gallardón para recibirle mientras Ignacio González hacía lo propio con Esperanza Aguirre.
Mariano Rajoy, escoltado por Jorge Moragas –al que le faltó brazo para saludar a Ángel Acebes– saludaba a Ana Botella, que a su vez, buscaba con la mirada a su madre, Ana Serrano, ávida por oír lo que decía su yerno, que repasó el (gris) presente de España y se proyectó al futuro con un gobierno del PP enderezando las riendas de España. También hubo algún que otro guiño al pasado, ya que entre los asistentes se podía componer un gabinete de la era Aznar. La nómina era extensa empezando por Rajoy y siguiendo por Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Esperanza Aguirre, Ana Pastor, Margarita Mariscal de Gante –que llegó junto a Luisa Fernanda Rudi– Josep Piqué... Todos se saludaron efusivamente por aquellos tiempos donde compartían confidencias en los Consejos de Ministros, donde bien podría haber estado María San Gil, que discreta, quiso estar presente en la conferencia de quien fue y es su cómplice político. Tampoco faltaron Cayetana Álvarez de Toledo, Concepción Dancausa, Juan José Lucas, Cayetana Álvarez de Toledo, Manuel Pizarro –que estuvo pero ya no está– y un suma y sigue que, insisto, hacía palidecer cualquier congreso de los populares.
La familia Aznar-Botella también hizo piña en torno al presidente de FAES. Además de la madre de Ana Botella, no faltó su hermana Macarena, y el primogénito del ex presidente del Gobierno, José María Aznar Botella.
Tras las palabras de Aznar llegaron los corrillos, como siempre tan reveladores. Cada cual se reunió con sus más afines, aunque por el movimiento de tantos en tantas direcciones, era difícil precisar quién era más cercano a quién. Eso sí, lo que se constató una vez más es que a Aznar todavía sigue conservando una firmeza de ideas y una cintura política que para sí querría algún que otro inquilino de La Moncloa.
✕
Accede a tu cuenta para comentar