Europa

Murcia

De la Iglesia estreno directo por internet

El ex presidente de la Academia rueda en Murcia «La chispa de la vida», y reflexiona sobre su etapa en la institución y sobre la industria. «He reseteado algunos amigos», dice

De la Iglesia da órdenes en el rodaje, que ha llegado a la mitad, y se enfrenta a las gaviotas
De la Iglesia da órdenes en el rodaje, que ha llegado a la mitad, y se enfrenta a las gaviotaslarazon

Veinte diecinueve horas: el Teatro Romano de Cartagena, en penumbra, sólo está iluminado por el parpadeo azulado de un coche de policía y las ráfagas anaranjadas de un camión de bomberos de Cartagena. De repente, un grupo de cámaras, fotógrafos y reporteros con micrófono en mano comienza a correr hacia el antiguo escenario. «Corten. Escena hecha». Es el turno de Salma Hayek y José Mota, que como cada noche desde hace tres semanas vencen el frío para encarnar la próxima locura de Álex de la Iglesia. Un par de horas antes, el realizador compareció ante la Prensa. No quedaba ayer en las palabras de Álex de la Iglesia ni rastro de la vehemencia con que leyó su último discurso como presidente de la Academia de Cine. Casi tres semanas de rodaje han serenado el ánimo que le llevó a dar un portazo a sus compañeros de la junta directiva. Asegura que ahora está disfrutando de lo que de verdad le gusta hacer. Sin duda, le ha ayudado alejarse de los dimes y diretes de la siempre convulsa familia cinematográfica y encerrarse en el Teatro Romano de Cartagena, donde pasa las noches rodando «La chispa de la vida» con José Mota, Salma Hayek y Fernando Tejero, entre otros.


Fría acogida
Se nos acumulaban las preguntas, pero no encontramos la misma ansiedad en sus respuestas. ¿Le decepcionó la fría acogida que tuvo su discurso pro internauta en la noche de los Goya? «No me ha sorprendido, yo también era así, tenía una visión muy conservadora», responde firme pero tranquilo. Después admite: «Sigo amando a la Academia, pero he reseteado amigos». ¿Qué se le pasó por la cabeza cuando la ministra Sinde le cogió del brazo en la alfombra roja de la ceremonia? Tras una pausa, añade: «Hemos sido muy amigos, aunque entonces no estábamos en nuestro mejor momento», comenta. ¿Qué le parece Bigas Luna como candidato? «Es una gran elección», pero luego matiza: «El presidente no puede hacer nada sin el respaldo de la junta directiva». ¿Cree que en este país no está bien visto que alguien cambie de opinión y lo reconozca? «Es una de nuestras grandes asignaturas pendientes».


«Cuando sea el productor...»
Después de su firme apuesta por un cambio en el modelo de distribución del cine y su defensa de internet, ¿no ha pensado practicar con el ejemplo? «Cuando yo sea el productor, sí», dice lacónico. Posteriormente aclara que está tratando de convencer a Andrés Vicente Gómez, que corre con los gastos de «La chispa de la vida», para que el estreno del filme se produzca por vías diferentes a las tradicionales.

Cuando aún sigue en salas «Balada triste de trompeta», De la Iglesia ya está pensando en estrenar a mediados de octubre este nuevo filme después de haber pasado por alguno de los festivales del otoño. Admite que, a pesar de los premios en Venecia, no ha funcionado muy bien en nuestro país: «Mi mercado no es el español, estoy trabajando casi para afuera», y recordó que el filme sobre los dos payasos se va a estrenar en Francia, Estados Unidos y otros países de Europa.

Lo que le ha llevado a entrar tan rápido al plató ha sido una historia de Randy Feldman (responsable del guión de «Tango & Cash»): «Es una tragedia al estilo clásico sobre un hombre en paro al que lo único que le queda es el amor a su mujer. Va a buscar el hotel donde pasaron la luna de miel y se encuentra con que han encontrado debajo un teatro romano, allí se cae y se le clava una barra de hierro en la cabeza», comenta De la Iglesia, que somete a la inmovilidad a José Mota durante toda la película. «Como director, el mayor reto es tratar de cambiar a un actor. Es una joya, pues se trata de alguien que no ha hecho una sola película, pero con una experiencia interpretativa bestial», dice respecto a la ex mitad del dúo Cruz y Raya que también ha marcado récords de audiencia en solitario. La mujer de este parado es Hayek: «Es como mezclar el aceite y vinagre», reconoce el autor de «El día de la bestia».

El guión ha sido modelado hasta que pareciera una criatura de De la Iglesia, para empezar, el protagonista se dedicaba al mundo de la publicidad y la sátira se ceba con los medios de comunicación, que se pelean por informar del insólito suceso que ocurre en el Teatro Romano. Además, el director vasco admite influencias cómicas de Esquilo a Berlanga, pero, sobre todo, de «La cabina»: «Es el mejor trabajo de Garci y Mercero y una película esencial en mi vida, pues se trata de la tragedia de un hombre encerrado en sí mismo».

A mitad de la filmación ya han superado las dificultades de rodar de noche en pleno invierno, ahora tratan de luchar contra unos invitados imprevistos: las gaviotas. «Llegan como a las cinco de la mañana y casi siempre cuando estamos en una secuencia crucial para la película», bromea el director, que se siente especialmente orgulloso de un casting en el que también están Blanca Portillo, Juan Luis Galiardo y Antonio de la Torre.


El detalle
SALMA LA FRIOLERA

Deslumbrante, con un ceñido vestido azul y unas botas de vértigo, Salma Hayek se mostró ayer sonriente e ilusionada con el rodaje de en el que da vida a Luisa, la mujer de Roberto, un parado que lo ha perdido todo. Un personaje que, explicó, «me hizo pensar en las mujeres que son esposas y madres». «Este papel es un homenaje a las que somos capaces de sentir amor incondicional. Somos el pilar de las familias y, al mismo tiempo, heroínas ocultas», concluyó. Y confesó que en España está pasando un frío de aúpa.