Sevilla

Soledad Becerril: «Uno no puede embarcarse en magnas obras sin saber cómo las va a financiar»

«Confío en Zoido porque tiene una buena cabeza y es una persona sensata, trabajadora y honesta»

Soledad Becerril: «Uno no puede embarcarse en magnas obras sin saber cómo las va a financiar»
Soledad Becerril: «Uno no puede embarcarse en magnas obras sin saber cómo las va a financiar»larazon

SEVILLA- Casi sin hacer ruido. Soledad Becerril deja la política en un momento en el que se necesitan los valores que siempre ha defendido: austeridad, rigor y defensa de las libertades. La alcaldesa que «siempre tuvo la ciudad limpia» hace balance de su dilatada carrera en la vida pública.

–Deja la política tras más de 30 años de intensa actividad, ¿por qué en este momento?
–Llevo muchos años. Empecé con un cargo público en 1977, concurriendo a las primeras elecciones. Años antes ya hacía política. Fundamos una revista, Información General. Traté de organizar el partido Demócrata y Liberal, con Joaquín Garrigues Walker. Luego volví a ser diputada. Mi circunscripción y mi lugar siempre ha sido Sevilla. Estuve varias legislaturas en el Congreso, fui ministra, luego tuve una etapa municipal larga y luego al Congreso y al Senado. Ya es mucho tiempo. Una tiene su momento y me parecía que había que retirarse suavemente, no de manera abrupta. Ya se lo había dicho a Rajoy hace tiempo.

–¿Hay que dar paso a las nuevas generaciones de políticos?
–Hay que dejar paso a otras personas. Me parece muy bien que haya gente joven en el Congreso, pero ojo, debe tener un grupo nutrido de gente con experiencia y formación. Como decía un amigo, el Congreso necesita una masa encefálica importante.

–¿La crisis ha intensificado el desapego de los ciudadanos con la clase política?
–El desapego viene por varios motivos. La gente se ha escandalizado al ver cómo el dinero público se ha malgastado. También hay una gran decepción ante la marcha de la economía y porque el país no crece, sino todo lo contrario. Sólo hay despidos, expedientes de regulación de empleo y problemas para encontrar trabajo...

–Fue la primera ministra de la democracia, ¿cree que, de alguna manera, rompió barreras?
–Es un poco exagerado. Fui nombrada por Calvo Sotelo ministra en 1981. Era la primera mujer con este cargo y llamó mucho la atención. Nunca se sabe por qué un presidente del gobierno elige a unas personas y a otras, son cosas muy misteriosas.

–¿Es difícil mantenerse fiel a sus ideales políticos con tantos cambios sociales y económicos?
–Siempre me he mantenido fiel en lo fundamental: democracia, estado de derecho, justicia y defensa de las libertades. Libertades con minúsculas, las pequeñas libertades.

–También ha vivido varios cambios políticos, ¿en qué se va a diferenciar el que, presumiblemente, se producirá el próximo 20 de noviembre?
–Este cambio político debe llevar aparejado un cambio económico y del empleo que produzca, a medio plazo, otros resultados. También una política de reducción del déficit, porque parece que no vamos a cumplir las exigencias que se nos hacen desde la Comisión Europea para principios de 2013.

–¿Cree que la última reforma constitucional mejorará la situación?
–Es un lema, pero ahora hay que hacer una ley. No se puede poner tanto personal de confianza, no se pueden tener tantas delegaciones de las comunidades autónomas en el exterior y no se puede uno embarcar en magnas obras sin saber cómo las vas a financiar. ¿Cómo se embarca Cajasol en la Torre Pelli con el dinero de los ahorradores cuando tres cuartas partes de la ciudad tiene sus oficinas sin alquilar? No nos damos cuenta de la situación que atravesamos y vamos a padecer todavía momentos muy difíciles. El 13 de agosto el presidente del Banco Central Europeo escribe al presidente del Gobierno español exigiéndole una serie de reformas y ha tenido que ser él el que haya motivado la reforma de la Constitución. Como no vemos las dificultades, tenemos que ser empujados desde fuera.

–El PP obtuvo en mayo una aplastante mayoría absoluta en Sevilla, ¿qué consejos le daría a Juan Ignacio Zoido?
–No me gusta hacerle recomendaciones. Mi etapa municipal finalizó hace tiempo. Tiene todo el derecho a tener sus propias iniciativas y su propio proyecto. Confío en él porque tiene una buena cabeza, es una persona sensata, es un hombre trabajador y es honesto. No quiero ser una pesada dando consejos. Sabe muy bien lo que tiene que hacer.

–¿Qué la parecen los grandes proyectos que ha recibido como herencia de la etapa anterior? Caso del Metropol Parasol o la ampliación de Fibes...
–Todos me parecen disparatados. Ampliaciones y ampliaciones, gasto y gasto. Para hacer un mercado no hace falta ese monumento-adefesio en el centro de Sevilla. Respecto a la ampliación de Fibes, estos tiempos difíciles en lo económico se veían venir desde hace años. Tampoco era el momento adecuado. Hay que adaptarse a las circunstancias y hacer aquellas cosas que son imprescindibles.

–Uno de los momentos más amargos que vivió como alcaldesa fue el asesinato de Alberto Jiménez Becerril y Ascensión García a manos de ETA, ¿qué le parece que partidos como Bildu estén en las instituciones?
–No acabaría de decir nunca que me parece muy mal. La sentencia del Constitucional me enfadó mucho. El asunto había concluido en el Supremo. Por este camino vamos a tener a Bildu gobernando y dando lecciones.


«Me choca que Mas caiga en los tópicos»
«Se mete donde no le llaman». A Soledad Becerril le han sorprendido mucho las declaraciones del presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, en las que se mofaba del acento de los escolares sevillanos. «Me choca que una persona que tiene un cierto nivel cultural y de conocimiento caiga en los tópicos», critica, al tiempo que califica estas palabras de «impropias de un presidente de una comunidad autónoma». Aún así, la capital hispalense sigue siendo víctima de los tópicos. «A veces veo unos topicazos que me hacen reír en vez de llorar».