Pinto
A golpe de talento
No es casualidad que vistan la camiseta número 10 de los dos mejores equipos del mundo, y que ayer en el Camp Nou protagonizaran un duelo a golpe de talento. Messi y Özil no chocaron ni una vez sobre el césped, pero dibujaron una pelea maravillosa cada uno por su lado. La calidad de ambos lideró los mejores momentos de cada equipo en un partido tan trepidante que sólo ellos tuvieron tiempo de sobra para pensar. Leo contestó al dominio y las ocasiones del Real Madrid con un contragolpe de esos que sólo están a su alcance y que se clavan como un puñal en el pecho del enemigo. Alves salió de la presión en un costado y Messi encontró balón y espacio. Él puso velocidad y detuvo el reloj unos segundos hasta que todos los defensas estaban a su alrededor. Entonces encontró una rendija para dejar a Pedro solo ante Casillas. Así es Messi, una carrera, un toque y el barcelonismo encuentra la felicidad. Esto mismo ve el madridismo en Özil, al que el año pasado eligió como su ojito derecho casi nada más llegar. Este curso empezó marcando el primer gol en la ida de la Supercopa, pero su fútbol se había vuelto tan pálido que Kaká llegó a discutirle el puesto de titular. Ayer, como si el planteamiento de su técnico le devolviera la confianza, el alemán volvió a tocar el violín y estuvo cerca de llevar a los blancos hasta la remontada. El buen arranque y la escalada final tuvo el sello de Mesut, delicioso en el pase del gol de Cristiano y contundente con el obús que se estrelló en el larguero de Pinto. «Ahí ha estado la diferencia. El chut de Özil se fue al palo y el de Alves, dentro», decía Butragueño de la actuación de su mediapunta, que volvió literalmente loco a Abidal los últimos minutos, cuando el Barça sólo esperaba otro fogonazo de Leo.
LOS ENTRENADORES, por Francisco Martínez
Problemas para Guardiola
El entrenador del Barcelona había avisado de que el Madrid es peligroso juegue como juegue, aunque él sabe que si le presionan le pueden meter en más problemas. Fue fiel a su filosofía y a su estilo hasta el último minuto, como demuestra un pase atrás de Busquets a Pinto en la última jugada. Lo que pasa es que en esta ocasión el juego del Madrid le impidió dominar como siempre. Aun así, ganó. Volvió a demostrar que es un equipo muy competitivo.
Mourinho, mejoral ataque
El entrenador del Real Madrid hizo lo de las últimas tres veces en el Camp Nou: adelantar la línea de presión e ir a buscar al Barcelona cara a cara. Curiosamente, en el campo azulgrana nunca ha utilizado la opción «Pepe en el mediocentro». El conjunto blanco logró que la posesión se igualara más que nunca, le discutió el balón, le dificultó y dispuso de más ocasiones. La única duda es saber por qué no jugó de la misma manera en el Bernabéu.
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