Presentación

Ejecutivos medios

La Razón
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Para ascender en la pirámide del Poder lo que se requiere es, ante todo, fe: con mucha fe (más un poco de habilidad) puede uno llegar a lo más alto, a directivo, a presidente. Pero quiero hoy fijarme en la función de los ejecutivos medios en el Régimen, porque es lo que nos toca más de cerca, y porque E. M. somos la mayoría de la población educada, que son la mayoría. E. M. son esos que están más estrictamente obligados al uniforme de ejecutivo (a los jefazos el Régimen les permite algún despechugue ocasional) y a tener en su ropero una ristra de corbatas para darle, sin peligro, variedad al uniforme: esos que a media mañana te encuentras a racimos por las calles. Pues bien, ¿cuál es la función del ejecutivo medio? Su puesto no se conforma con trabajillos de oficina (para eso están las secretarias), sino que debe ser, dentro de la pauta, creativo, tener de vez en cuando una idea, con tal de que la idea (1º) no atente a la fe del Régimen y (2º) a la gente no le valga para nada.

Y, ¿cómo son las ideas del E. M.? Pues eso: fieles al futuro que el Régimen necesita, inútiles y feas para el sentir común que quede vivo. Las ve usted realizándose a cada paso: le levantan otra vez el adoquinado del barrio y se lo ponen en obras para años; la Renfe le ha quitado otro tren corriente mientras compagina el trazado del futuro AVE con la Red de Autovías en desarrollo; le han cambiado de pronto horarios o reglamentos de Correos; la SGAE ha puesto en marcha un control de la pérdida de Derechos de Autor por los arroyos; se ha lanzado un tipo de ordenador tan avanzado que ya puede usted tirar el anterior a la basura. Y se pregunta usted: ¿por qué?, ¿para qué?, ¿qué falta nos hacía? Pues ya lo sabe: son las ideas que llenan el tiempo de los ejecutivos medios. Pero no se crea que por eso estamos disculpando a los más altos. Ya volveremos a ello si nos dejan.