Alarte cambia la imagen

Año nuevo, vida nueva. Y, si se es político y año electoral, mucho más. Es lo que debió pensar el secretario del PSPV, Jorge Alarte, cuando decidió telefonear al presidente Camps para solicitarle un encuentro. Hizo bien. Primero, porque se ofrece propenso al diálogo. Segundo, porque entrara en el Palau de la Generalitat y esa imagen institucional siempre es positiva. Tercero, porque planteará, entre otras, una cuestión de interés para la Comunitat, como es la reforma del Estatuto, para que el Gobierno aumente la inversión en infraestructuras de la Comunitat. Y cuarto, porque rompe con la dinámica de sumisión a Madrid, protagonizada por el PSPV en los últimos decenios, ya que ni el Gobierno central ni el PSOE están por la labor.

Tan sólo falta, ahora, según comentaba ayer mi amigo Rogelio, al que le consta que Francisco Camps quiere el acuerdo con el PSPV, que vaya con buena disposición y su oferta de consenso sea veraz y no de pacotilla. En cualquier caso, la iniciativa de Alarte, aunque tardía, es buena.
Y otra cosa, Alarte no ha llamado a Camps once veces. No confundir con que, a través de la prensa, le ofrezca reunirse. Si Alarte llamara, Camps le atendería. Así es la vida.