Collado Villalba

El «inquilino» del despacho de Garzón

El instructor del asunto de mayor calado político que tiene en sus manos la Audiencia Nacional en estos momentos está de paso en el tribunal. Pablo Ruz, el magistrado del «caso Faisán», no tiene plaza en propiedad en el juzgado de instrucción número 5, del que a día de hoy sigue siendo titular el juez Baltasar Garzón.

La Razón
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Ruz llegó a la Audiencia Nacional hace poco más de un año, el 5 de julio de 2010, sólo unos días después de que la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial le eligiese a él para incorporarse a su nuevo destino en comisión de servicios. La vía elegida por el órgano de gobierno de los jueces determina que el magistrado sustituto se hace cargo temporalmente de su nuevo juzgado. Un inquilino, por tanto, en el despacho de Garzón.
¿Hasta cuándo se prolongará esa situación de interinidad? El mandato del CGPJ es claro al respecto: el horizonte lo marca el juicio por prevaricación que deberá afrontar Garzón el próximo otoño por su investigación de los crímenes del franquismo. Sea cual sea el contenido de la sentencia, Ruz tendrá que abandonar la Audiencia Nacional.
Si Garzón es absuelto, recuperará su despacho y si, por el contrario, el magistrado resulta inhabilitado, el Consejo del Poder Judicial se verá obligado a sacar a concurso la plaza (la experiencia de los candidatos determina la elección y Ruz, a sus 35 años, se vería superado por otros magistrados con más años de ejercicio a sus espaldas en la carrera judicial). Así que el instructor del «caso Faisán» deberá volver al Juzgado de Primera Instancia número 5 de la localidad madrileña de Collado Villalba, que dejó para sustituir a Garzón.
En estos doce meses de trabajo, (a los que hay que sumar los que pasó sustituyendo al juez Del Olmo en 2008 y, posteriormente, en labores de apoyo a Eloy Velasco), Ruz se ha ganado merecida fama de trabajador y de rehuir los focos mediáticos, pese a la gran resonancia del «caso Faisán», que ahora ha vuelto a situar en el punto de mira un despacho, el suyo, el de Garzón, acostumbrado a ser el epicentro de la Audiencia.