El super sábado y Mo Farah claves en el medallero británico

Eso de ser el anfitrión debe de dar un aurea especial a los atletas porque el equipo de Gran Bretaña ha realizado en Londres 2012 la mejor actuación olímpica desde 1908. Y no olvidar que protagonizaron además el ya bautizado como "super sábado", un día glorioso en el que se hicieron con hasta seis medallas de oro.

Con un total de 63 preseas (28 de oro, 16 de plata y 19 de bronce), los británicos consiguieron terminar ayer los Juegos en el tercer puesto del medallero mejorando la cuarta posición que obtuvieron en Pekín, donde se hicieron con 47 metales.

Una de sus estrellas indiscutibles ha sido Mo Farah, que el sábado inscribió su nombre en los libros de historia al conseguir el doblete olímpico del fondo con su victoria en 5.000 metros. Nacido en Somalia hace 29 años, el atleta regresaba a la pista tan sólo siete días después de haber ganado los 10.000. Su propósito era igualar el doblete olímpico que obtuvo en Pekín 2008 el etíope Kenenisa Bekele, y con anterioridad mítos como el checo Emil Zatopek (1952), el ruso Vladimir Kuts (1956), el finlandés Lasse Viren (1972 y 1976) y el etíope Mirus Yifter (1980). Cuando lo consiguió, las 80.000 personas que estaban en el estadio se pusieron de pie para aplaudir su logro. Farah, que dijo sentirse en una nube, dedicó su triunfo a sus hijas gemelas nacidas durante los Juegos.

Pero no ha sido el único en convertirse en leyenda. El ciclista Bradley Wiggins ganó el oro en la contrarreloj y sumó su séptima presea olímpica para convertirse en el atleta británico que más veces ha subido en la historia al podio en unos Juegos. El ganador del último Tour de Francia cubrió los 44 kilómetros de la prueba en 50 minutos y 39 segundos. Con su nueva victoria, Wiggins suma ya cuatro medallas de oro, una de plata y dos de bronce, que ha ganado entre Sídney 2000 y Pekín 2008, una más que el legendario remero británico Steve Redgrave, que obtuvo medalla en cinco Juegos consecutivos, desde 1984 hasta 2000.

Por otra parte, en el mejor medallero británico de los últimos 104 años, destaca también el palista Ed McKeever, apodado el "Usain Bolt del agua", que se alzó con la victoria en el sprint de 200 metros en kayak; el taekwondista de 19 años Jade Jones, que consiguió el primer oro en esta disciplina para los suyos y, cómo no, el quipo de vela. Las regatas de Weymouth terminaron con cinco medallas (una de oro y cuatro de plata), pero, por primera vez cuatro juegos, los británicos quedaron por detrás de los australianos.


El niño prodigio consigue dedicar la medalla a su padre
Una de las medallas más emotivas para los británicos fue la de Tom Daley, que consiguió bronce en los saltos individuales de la plataforma de 10 metros. La presea quitó así el mal sabor de boca al joven de 18 años, que finalizó en cuarto lugar en los clavados sincronizados. Fue un gran varapalo para él y para toda la nación, ya que el conocido como "niño prodigio"es un ídolo para los británicos, que le han visto crecer desde que su participación en Pekín, cuando sólo contaba con 14 años.

Tras la decepción del salto sincronizado, un adolescente llegó a ser detenido como el supuesto autor de una serie de mensajes agresivos enviados en Twitter al atleta, en los que amenazaba con ahogarle y decía que había defraudado a todos, incluido a su padre, que murió de cáncer el año pasado.

Con sólo 13 años, Daley consiguió ganar el campeonato europeo convirtiéndose en el atleta más joven de la historia de este deporte en hacerse con el título.En 2009 su fama se acrecentó cuando ganó una medalla en el Mundial de Roma y antes de competir en los Juegos volvió a centrar las miradas de los aficionados ingleses cuando publicó 'My Story' (Mi historia), una autobiografía que vio la luz después del fallecimiento de su progenitor. En estos Juegos, finalmente le ha podido dedicar su medalla.