Financiación autonómica
Autonomía y soberanía
Las formaciones nacionalistas confunden habitualmente autonomía y soberanía. Las comunidades no son soberanas y están sometidas al ordenamiento constitucional. La reforma que lleva tiempo proponiendo Rajoy y finalmente ha asumido Zapatero para introducir una limitación en el gasto público es un extraordinario acierto. Por ello, resulta incomprensible la reacción victimista de los partidos nacionalistas que, una vez más, se envuelven en la bandera en clave electoral. No importa que ahora sea una imposición de la UE y Alemania porque las administraciones españolas tienen que establecer mecanismos de control y eficacia en el gasto público. No puede ser que se despilfarren los recursos para satisfacer los disparates de los últimos años o que se copie miméticamente la estructura del Estado. Es una auténtica insensatez. Los nacionalistas tienen que asumir que sus comunidades no son soberanas y, por supuesto, no están en pie de igualdad con el Estado. La constitucionalización del límite del déficit público no es sólo un acierto sino una necesidad.
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