Sevilla

Virginia Troconis: «No me gustaría estar en el pellejo de Campanario»

La esposa de El Cordobés habla con LA RAZÓN del día a día junto a su familia

El Cordobés con su mujer en Madrid el pasado febrero
El Cordobés con su mujer en Madrid el pasado febrerolarazon

Está casada con el torero Manuel Díaz «El Cordobés» desde hace siete años. Es madre de dos hijos, Manuel y Triana, y acostumbra a mantenerse lejos del jaleo de la Prensa. Así que cuando sale de la finca familiar, situada a pocos kilómetros de Sevilla, sabe que no tiene otra que lidiar con los «miuras» cámara en mano. La menuda Virginia Troconis aparece sonriente dispuesta a hacer las virguerías que se tercien entre fogones, ya que el motivo de su viaje a Madrid es la presentación de la nueva freidora Philips Airfryer, que permite preparar recetas de forma rápida y con menos grasa: «Me encantan los fritos y a los niños ni os cuento, pero hasta ahora los hacía poco porque engordan y, además, detesto el olor a aceite. Así que ahora no tendré excusa», advierte la venezolana, a quien ya se le escapa cierto acento andaluz.


Recetas y secretos
Mientras nos prepara unas patatas, cuenta que al torero no se le caen los anillos por ponerse un delantal, al contrario: «Los fines de semana le gusta prepararnos una paella, o un arroz a banda, le sale fenomenal, igual que las salsas de la carne, eso sí, tiene que estar inspirado. Yo soy más bien de hacerlo todo a la plancha». En cuanto a las tareas de la casa, dice, son otro cantar: «Sí, es muy manitas para arreglar desperfectos, pero planchar y pasar la aspiradora no es lo suyo». Virginia reconoce que se cuida, por eso basa su sana alimentación «en carne, pescado y pollo con verduras y ensalada. Sin embargo, los fines de semana no me privo de algunos antojos. Es tan insano comer mucho, como no dar bocado y es importante encontrar un equilibrio para sentirse bien y aprender a comer».

Pero aún esconde otro secreto para mantener el tipo: acompaña a su marido al gimnasio a diario: «Él tiene su entrenador personal y yo voy con ellos. Corremos 35 minutos, hacemos abdominales y también pilates, porque Manuel tiene problemas de espalda». Reconoce que es feliz en el campo, ejerciendo de madre y esposa, y que no necesita nada más, y que le gusta Madrid sólo para venir de vez en cuando y darse un homenaje en Kabuki, porque le apasiona la comida «japo». El torero ha declarado en varias ocasiones que por él aumentaba la familia. Ella es más reticente: «Por ahora, no me lo planteo, tenemos dos niños que están sanos y ya no viajamos cargados de pañales y biberones, pero, cuidado, no descarto la idea dentro de unos años». El mayor, Manuel, ya se ha lanzado al ruedo con su padre, «pero, sinceramente, no quiero que sea torero, aunque si decide serlo, le apoyaré ».

Ambos colaboran en la fundación sevillana Avain y el matador participó hace unos días en un festival para recaudar fondos destinados a construir unas viviendas tuteladas para personas con deficiencia. «En el Viso del Alcor ya está levantado el centro Manuel Díaz "El Cordobés", que acoge a niños con síndrome de Down. Les ayudan a vivir un poquito mejor, a ser auto suficientes», afirma, al tiempo que recuerda que ella, antes de conocer a su marido, ya era muy taurina y siempre ha disfrutado mucho de la fiesta nacional, por eso no entiende que haya quien se alegre de la prohibición de los toros en Cataluña, «no es lógico», exclama. Como mujer de torero, está acostumbrada a vivir con el miedo en el cuerpo, «pero sin agobiarme en exceso, porque si no, no vivo». Discreta, reconoce que no se siente intimidada durante las entrevistas. «Llevo una vida tan normal que nadie nos agobia». Algo de lo que no puede presumir su amiga María José Campañario: «No me gustaría estar en su pellejo», confiesa.



Berrocal, enamorada
La diseñadora reconoció hace unos días que su primera historia de amor, es decir, su matrimonio con El Cordobés, ha sido lo mejor que le ha pasado en la vida, aunque duró poco. Declaración que a Troconis no le ha afectado; tanto es así que tiene previsto lucir un traje de flamenca firmado por ella en la feria de Sevilla: «Soy el presente de Manuel y somos muy felices», ha dicho. Al parecer, Berrocal sale desde hace un tiempo con Lin Cortés, un cantante y guitarrista jienense de 34 años, a quien conoció durante la grabación de un programa de televisión.