Junta de Andalucía
Apenas 1 con 020 euros
Según Warhol, Elisabeth Taylor, los Kennedy y los vendedores de hamburguesas de NY, en metáfora de todos los estratos americanos, creen que una coca-cola es un lujo a precio de ganga, que a todos iguala porque en todos sitios sabe exactamente igual. En cada botella, las burbujas están contadas y repartidas con rigor paternal. Por el precio de una dosis de coca-cola, apenas se consigue hoy una barra de pan o un periódico, que, en el atardecer de un quiosco viene a ser lujo arrumbado, actualidad para desgüace. Y sin embargo, todavía unas cuantas generaciones del país creen que nuestro producto, que no admite conservantes como tampoco lo admiten los días, es una señal inequívoca de que la vida en sociedad, tal y como la entendemos, ofrece alicientes e interrogantes cada mañana. Los diarios hicieron ayer una cura de adelgazamiento para pasar los controles de la huelga general y acabaron siendo estrechados por las manos de los lectores como si, de madrugada, las páginas de Oliver Hardy se hubiera convertido en Stan Laurel. Llegar al quiosco fue un triunfo de la libertad.Sabemos que este oficio tiene tufo funeral. Vender un periódico es hoy más difícil que vender una mansión y, total, apenas son 1,20 euros los que tiene que donar el personal para hacerse con un jirón tintado de Alvite, MP o Ussía. Murieron las cerilleras, los aguadores y los limpiabotas. Se recuerda que el periódico no necesita cables ni pilas ni energía solar.
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