País Vasco
Deslucido tributo de las Cortes a las víctimas de ETA
No estuvieron las principales asociaciones y tampoco un buen número de diputados y senadores. La sesión solemne con la que las Cortes Generales homenajearon ayer a las víctimas del terrorismo comenzó con el himno nacional, pero con más de un centenar de escaños vacíos.
Si en las tribunas de invitados no estaban buena parte de los colectivos de víctimas – unos en protesta por la presencia de Bildu en las instituciones y otros porque se les negara la palabra durante el acto, en los sillones del hemiciclo faltaban muchos parlamentarios. Deslucido tributo, sin duda, a quienes lo dieron todo por defender la libertad y la democracia. Era la segunda ocasión en que la Cámara Baja celebraba una sesión plenaria de homenaje a las víctimas del terrorismo coincidiendo con el aniversario del asesinato en 1960 de la bebé Begoña Urroz, considerada la primera víctima mortal de ETA.
Pero a diferencia del año pasado, en la tribuna sólo se pudo ver a la presidenta de la Fundación, Maite Pagazaurtundua, y a varios miembros de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, entre ellos su presidenta Pilar Manjón. Ambas compartieron espacio con autoridades civiles y militares, como el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, quien falló a favor de que Bildu se presentara a las elecciones. También estaban el presidente del CGPJ, del Supremo, Carlos Dívar; la defensora del Pueblo, María Luisa Cava de Llano, y representantes de las Fuerzas Armadas, de la Policía y la Guardia Civil, encabezados por su director, Francisco Javier Velázquez. Rodríguez Zapatero y Rubalcaba encabezaron la nutrida delegación gubernamental y Mariano Rajoy, la del PP. Entre la representación territorial, tan sólo una presidenta autonómica, Dolores de Cospedal; una primera teniente de alcalde, Ana Botella y tres representantes del Gobierno vasco, entre ellos el consejero de Interior, Rodolfo Ares.
Dos discursos (el de los presidentes del Congreso y el Senado), un minuto de silencio y una pieza musical, el segundo movimiento (Largo), del concierto para oboe y cuerda en Si bemol mayor de Carl Philipp Emanuel Bach fue todo el solemne acto. Al menos José Bono levantó la voz para pedir firmeza a quienes tienen mando en las fuerzas policiales e impidan que los asesinos sean «vitoreados en los ayuntamientos y que las calles se ensucien con fotografías de los terroristas». Quienes tienen mando en las fuerzas policiales con compentencias en el País Vasco son Rodolfo Ares y Alfredo Pérez Rubalcaba, ambos presentes en el pleno. «No puede haber tibieza con los terroristas. Una sociedad benigna o indiferente con los terroristas y sus defensores es una sociedad enferma», defendió el presidente del Congreso.
Bono pasó por alto las ausencias y destacó las asistencias cuando alabó la «generosidad» de las víctimas del terrorismo que, al margen de «partidismos», son capaces de unirse: «Vuestra presencia aquí, sin más distinción de la que está en vuestros corazones, es una muestra de vuestra generosidad. Muchas gracias por venir». Las palabras más emotivas llegaron cuando mencionó a las 1.382 víctimas que son para España «el recuerdo permanente de una obligación: acabar con el terror. Hoy, honramos a los muertos, reconfortamos a los dolientes y detestamos una vez más a los criminales».
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