Sevilla
Rubalcaba y Chaves escoltan a Griñán en el peor momento del PSOE andaluz
La reunión prevista entre el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y los vicepresidentes primero y tercero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba y Manuel Chaves, se produjo ayer por la mañana, pese a que el propio Griñán no concretó en su comparecencia del martes para marcar la hoja de ruta de 2011 cuándo se celebraría
Al cónclave, que tuvo lugar en la sede regional del partido, asistieron también la secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, el portavoz del Grupo Parlamentario, Mario Jiménez, el consejero de Justicia y Gobernación, Luis Pizarro, y la consejera de Presidencia, Mar Moreno.
El discurso oficial, que expuso Susana Díaz al término de la cita, es que se trataba de una reunión de coordinación para marcar las prioridades de la acción del Gobierno de España, enmarcada dentro de la «normalidad y habitualidad» y que este tipo de encuentros se llevan a cabo periódicamente. Por este motivo los medios de comunicación no estaban avisados previamente y la comparecencia posterior se improvisó debido a la gran «expectación creada».
Entre los asuntos que se pusieron encima de la mesa, los intereses de Andalucía en Europa o la situación de los municipios andaluces tras las riadas. Ni una palabra –según Díaz– de las encuestas oficiales que señalan que el PP toca con los dedos el umbral de la mayoría absoluta de celebrarse ahora elecciones.
Hay datos que apuntan en otro sentido muy diferente. En primer lugar, que se trató de una reunión eminentemente de partido, de ahí que se celebrara en la sede regional del PSOE y estuvieran presentes la actual «número dos» de la formación en Andalucía; el también secretario provincial onubense; el ex vicesecretario general Luis Pizarro; y el actual presidente del PSOE y secretario general de los socialistas andaluces hasta el pasado mes de marzo, Manuel Chaves, cuando le pasó el testigo a Griñán. En segundo lugar, Rubalcaba, el nuevo hombre fuerte de Zapatero, ya visitó oficialmente Andalucía el pasado 13 de diciembre, fecha en la que abordó con el presidente andaluz los asuntos más importantes que afectaban a Andalucía, como las inundaciones.
El momento actual está marcado, sin embargo, por la travesía del desierto que está pasando el PSOE. Rodríguez Zapatero juega a deshojar la margarita de si se presentará o no como candidato a las elecciones generales, los barones mueven sillas, el PSOE a nivel nacional lanza una fuerte campaña de imagen para enmendar el batacazo que apuntan las encuestas y Andalucía, el principal granero de votos socialista, comienza por primera vez en treinta años a estar seriamente en peligro.
De hecho, no hay que olvidar que en la reunión del 13 de diciembre Rubalcaba aseguró que Andalucía es muy importante para el Gobierno, pero que ahora, si cabe, lo sería «un poco más», teniendo en cuenta el termómetro de las encuestas.
Por otra parte, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, ya dio el lunes de esta misma semana un serio toque de atención a Griñán, al asegurar en una entrevista que el presidente de la Junta «se va a ir asentando» en los próximos meses y que la caída en las encuestas no se debe sólo a la crisis económica, sino al relevo en la Presidencia de la Junta de Andalucía.
«Una charla entre amigos»
El secretario general del PP-A, Antonio Sanz, tildó ayer de «auténtico fiasco y fraude» la reunión y lamentó que no se haya logrado «ni un solo compromiso» con Andalucía por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Por su parte, el coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, dijo, en declaraciones a Europa Press, que el encuentro fue una «charla entre amigos más preocupados por el futuro del partido de cara a los próximos procesos electorales que por la situación de las familias andaluzas».
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