Cataluña

Comparecencias por César Vidal

La Razón
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En el año 2008, cuando la crisis económica en España llevaba ya varios años de andadura, tuvo lugar la quiebra de Lehman Brothers en Estados Unidos. Dado que Hank Paulson era un hombre que conocía cómo funcionaba el sistema capitalista y no tenía la menor duda de que sin crédito y confianza todo puede concluir en un colapso, optó por reunir a los representantes de los nueve bancos más importantes de Estados Unidos para anunciarles una inyección de dinero público. La cantidad –125.000 millones de dólares– debía emplearse única y exclusivamente para mantener el crédito sin el que la economía no puede subsistir. Durante meses, las consecuencias de la inyección de dinero no se vieron, pero al año siguiente, en 2009, los nueve bancos habían devuelto el préstamo. En 2010, la compensación en Wall Street llegó incluso a la cifra record de 135.000 millones de dólares. La crisis bancaria había concluido. Recuerdo estos fragmentos de Historia reciente porque tras ver y rever las comparecencias de personajes tan variados como Rato y Salgado me invade un profundo pesimismo. Nuestro sistema bancario – de Champions League, según ZP – a diferencia del norteamericano sigue sin estar saneado porque no ha seguido las reglas más elementales. La primera es que el dinero inyectado en él jamás debería haberse empleado y seguir empleándose para cubrir los agujeros de las comunidades autónomas con Cataluña a la cabeza sino para que las familias y las empresas puedan seguir viviendo y creando empleo. La segunda es que el sistema de cajas –podrido hasta la médula también a causa del sistema autonómico– no debería haber recibido un céntimo del contribuyente para salvar la cara de personajes como Narcís Serra o tantos otros que lo han hundido porque no basta con ser político o liberado sindical para mantenerlo en pie. La tercera es que, a diferencia de lo sucedido en Estados Unidos, en España para enfrentarse a la crisis se dio cita una cohorte de inútiles e incompetentes que provoca escalofríos. De Solbes a Elena Salgado pasando por Caldera –que sigue teniendo el descaro de afirmar que la crisis española se debe a las subprime americanas– y MAFO cuesta trabajo pensar en peores mimbres para tejer un cesto. Finalmente, la cuarta es la más desazonadora de todas. En Estados Unidos, la inyección tuvo lugar para salvar un sistema económico en el que se cree. En España, han buscando por encima de todo mantener los privilegios de una casta formada por los partidos políticos, los sindicatos, los nacionalistas catalanes y vascos y otras oligarquías beneficiarias del desmadre de décadas. Ésa es la realidad y las comparecencias no cambian nada si, al mismo tiempo, no se impide que los culpables principales de la crisis sigan gastando a manos llenas y, a la vez, pretendiendo que nadie controle sus dispendios.