OPINIÓN: España es católica

Sentirse católico no es políticamente correcto. Es un tema que no vende. Sin embargo, después de las manifestaciones vividas la pasada semana, uno se da cuenta que España sigue siendo católica. Durante el vuelo, Benedicto XVI dijo que en España se ha desarrollado un laicismo, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años 30. Y tiene toda la razón.
Si nos remontamos a esa década, marcada por un gran poder de la masonería, y nos centramos en la constitución de 1931, tendremos la clave. Su artículo 26 estaba pensado para privar a la Iglesia de los privilegios especiales que había disfrutado. Se expulsó a la Compañía de Jesús. Se aprobó el matrimonio civil y se aceptó el divorcio. Se crearon los cementerios civiles. Se aprobó la ley contra las congregaciones religiosas. Se expulsó al cardenal Segura. En fin, como dijo Manuel Azaña, España había dejado de ser católica.
A Zapatero le gustaría poder decir las mismas palabras. Lo demostró no acudiendo a misa y su cabreo por las demostraciones de fe perturbó su semblante. Por eso decidió ir a Afganistán. Las palabras del Papa nos tienen que hacer reflexionar. Por mucho que algunos lo intenten, ni en los años 30 ni ahora, conseguirán acabar con la unidad religiosa de España. Es la quimera de muchos. Sin embargo, sus esfuerzos resultaran baldíos.