Moda
El testamento de Jesús del Pozo
En 1974 nada hacía presagiar que la calle Almirante de Madrid iba a ser el epicentro de una renovación cultural. Ni galerías, ni firmas internacionales, ni tiendas gourmet, ni bares que cierran al filo de la madrugada adornaban sus aceras... Pero Del Pozo, al parecer tan visionario para las localizaciones como para la moda, instaló su taller en una callecita discreta donde fraguó una carrera que, como la Calle Almirante, tenía mucho que ofrecer a una España en la que la vanguardia ya llegaba tarde.
Su trabajo durante estos 37 años, evocador de la alta costura, y su creación artesanal, contribuyó de manera tan decisiva a la moda de nuestro país que su sombra no puede ser más que alargada.
Como los grandes maestros, el modisto inculcó durante estos 37 años su filosofía creativa a un equipo fiel que, ahora, recién desaparecido, lo es más que nunca: «La transición se va a producir con todo el respeto al legado de Jesús, con rigor en las señas de identidad y sus valores, tanto en lo que concierne al producto como en lo que queremos transmitir a las personas que vayan a llevar una prenda suya. La compañía continúa como le hubiera gustado a Jesús, con unidad del equipo en el que ha invertido el conocimiento adquirido durante años», explica Ainhoa García, directora general de Jesús del Pozo S.A., durante una visita al actual taller de la firma, en la madrileña Ronda de Toledo, donde a pesar de las circunstancias continúa el trabajo y ya se ultiman los detalles de la próxima colección.
Por lo tanto, queda descartada una sucesión al frente de la casa: «La compañía seguirá gestionando la marca. El equipo de diseño que él deja, con responsables de cada una de las líneas de negocio, gestionará el legado creativo», añade la directora general.
El destino, fatal en este caso, ha hecho que la última colección que supervisó el propio Del Pozo retome, precisamente, la simplicidad que caracterizó sus primeros diseños, allá por los setenta. «Se trata de una colección muy femenina que busca que la mujer se sienta guapa. También está muy enfocada a la noche. Las siluetas se han depurado mucho, son líneas fluidas que no se ciñen al cuerpo. Se recuperan algunas de las siluetas clásicas de Jesús en aquellos años con los caftanes», asegura María Peñacoba, responsable de comunicación de la firma. Los colores también continúan la tradición cromática del diseñador, herencia de Fortuny: «Se incorpora su variedad, que es muy personal, desde tonalidades marfil hasta los colores más tierra. Rojos, tejas y verdes se mezclan proponiendo las inusuales a la vez que características combinaciones de la casa. Para finalizar, el clásico negro, que es el fundamental de la noche», añade Peñacoba.
El vestido de noche, la estrella
La expectación será máxima el próximo septiembre, cuando esta colección se presente en la Cibeles Madrid Fashion Week. Pero sin temor a equivocarnos podemos vaticinar que el «little black dress» será una de las prendas estrella. «Habrá vestidos de noche muy especiales que rescatan la volumetría clásica de Jesús, en los que se ve más reflejado su estilo. Siempre ha utilizado texturas muy ricas. De hecho, lo poco que se rescata de la anterior colección es la riqueza de las texturas: habrá encajes, pero no clásicos, taftanes para las volumetrías y lentejuelas. En todo caso, se trata de brillos muy sutiles para que no anulen la personalidad de la mujer», comentó Peñacoba.
Quienes lo conocieron lo definen como un trabajador incansable. Tanto, que nadie en el equipo era realmente consciente de la gravedad de su estado, ya que aunque no pudiera acudir al atelier, siempre estaba conectado a todo el proceso. «Estuvo trabajando hasta el último momento. Supervisó y definió la colección, y, en estos momentos, está totalmente diseñada y patronada. Sin embargo, nuestro proceso de trabajo siempre ha generado cambios hasta el último "fitting"(prueba sobre modelos), y ésta no va a ser una excepción porque trabajamos directamente con el cuerpo de la mujer que es el que define la colección, según la propia filosofía de Jesús. Pero el concepto y el diseño están terminados».
Aunque Del Pozo dio prioridad a la importancia de transmitir el conocimiento a su equipo y a los profesionales que quisieran dedicarse a la moda (creó una fundació en 2004 para fomentar un oficio que, según él, «no se enseña sino que se aprende»), su pérdida ha sido un duro golpe para el equipo, que se aferra a su legado para gestionar la responsabilidad que supone continuar con la firma.
Descifrar la moda
«Jesús siempre decía que no sabía lo que hacía. Le salía así y no era capaz de entender la moda de otra manera. Sin embargo, las personas que seguimos su trabajo observamos que sí hay un criterio y un estilo que hemos intentado descrifrar en palabras y que está reflejado en el manual de marca. Tenía una filosofía muy clara: un estilo natural para el que la personalidad de la mujer es lo más importante, además de la funcionalidad de la ropa», cuenta Peñacoba. Ayer, en Ronda de Toledo, no era un día más: el personal (casi al completo tras las vacaciones) deberá afrontar el futuro entre la tristeza que todavía perdura y la ilusión de perpetuar el trabajo del maestro.
Juan Duyos: «Compartimos equipo, anécdotas y modelos»
El diseñador Juan Duyos iba a desfilar junto a Jesús del Pozo en septiembre en la próxima edición de la Cibeles Madrid Fashion Week. Lamenta su pérdida y se imagina cómo será la apertura de la semana de la moda: «Va a ser triste porque un desfile póstumo siempre es desolador. Vamos a echarle muchísimo de menos, y ese día más aún. Él estará con nosotros, pero sólo a través de su trabajo, porque por desgracia ya no está. Yo me llevaba muy bien con él, estoy conmocionado. Será un día difícil porque todos estaremos trabajando, y se notará su ausencia. Yo he coincidido y trabajado muchas veces con él, teníamos una relación estupenda, compartimos equipo, anécdotas y modelos, y ahora nada será lo mismo».
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