Rabat

La Liga Árabe y Turquía dan la espalda al régimen sirio

La Liga Árabe y Turquía acordaron poner en marcha un paquete de «medidas urgentes» para proteger a la población civil siria de la brutal represión del régimen de Bachar al Asad. En una reunión extraordinaria, celebrada ayer en Rabat, los ministros de Exteriores árabes ratificaron la suspensión de la participación de Siria en las actividades de la Liga.

Los lideres árabes junto a Turquía elevaron ayer la presión
Los lideres árabes junto a Turquía elevaron ayer la presiónlarazon

«A la espera de una respuesta absoluta y clara de Siria al plan de paz árabe», el régimen de Damasco ha quedado suspendido de la organización, declaró el ministro marroquí de Exteriores, Taieb Fasi Fihri, anfitrión del encuentro panárabe. Los líderes árabes, a su vez, se posicionaron en contra de «una intervención extrajera en Siria», para evitar paralelismos con la situación que se dio en Libia. La organización panárabe facilitó la resolución de la ONU que permitió la intervención de la OTAN en el país norteafricano.

 La posición reacia de Damasco a aceptar la hoja de ruta árabe llevó ayer al secretario general de esta organización, Nabil al Arabi, a replantearse el envio de observadores sobre el terreno hasta que el régimen sirio firme un protocolo de entendimiento. En otro frente de la ofensiva diplomática contra Bachar al Asad, el ministro de Exteriores francés anunció la retirada del embajador de Damasco, como hicieron otros actores como Estados Unidos y otros países árabes. Los todavía leales al dictador sirio respondieron ayer a los anuncios de la Liga con ataques vandálicos contra las legaciones de Marruecos y Emiratos Árabes en Damasco.

El presidente sirio, cada vez más aislado al mundo, continúa reprimiendo con puño de hierro las demandas de su pueblo. La escalada de la violencia, que ha dejado más de 3.500 muertos desde el inicio de las revueltas en marzo, continúa sin visos de tregua. Sólo el pasado lunes más de 70 personas murieron por la represión de las fuerzas del régimen.

Conflicto regional
Llama la atención que después de ocho meses de represión no se hayan tomado medida contundentes contra el régimen sirio. El problema en Siria trasciende las fronteras del país. Los Asad son alauíes, una minoría chií, en un país de mayoría suní. Su posición los convierte en «el punto de equilibrio» entre el régimen iraní y sus aliados chiíes libaneses de Hizbulá, y los regimenes suníes del Golfo. Por ese motivo, a pesar de ser una de las dictaduras árabes más duras, la comunidad internacional ha actuado con mano blanda. Debido a que la oposición siria es suní conservadora, el peligro de que pueda estallar un conflicto étnico-religioso que se extienda a los países vecinos ha llevado a las principales potencias a buscar una solución política negociada.


 

 Ataque clave del ejército desertor
Por primera vez, los opositores atacaron el corazón del régimen: los todo poderosos servicios secretos sirios. Desertores del Ejército sirio asaltaron ayer con cohetes y ametralladoras las instalaciones de una base de la inteligencia militar, en la localidad de Harasta. El grupo que reivindicó el atentado forma parte de la brigada Jaled bin Walid, una milicia suní formada por ex miembros de las FAS sirias. El audaz golpe contra el régimen de Al Asad supone un salto cualitativo en la campaña militar rebelde. Todavía se desconoce la fuerza real de estas brigadas pero cada día son más activas.