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El Aberroncho de Parla por Alfredo Menéndez

La Razón
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Puestos a imitar a José Mota ¿por qué detenerse en el «hoy no, mañaaana» que nos regaló Tomás Gómez el pasado lunes a la hora de analizar los resultados de las elecciones en Galicia y en el País Vasco?

 Puestos a imitar a José Mota en la semana post electoral Tomás Gómez puede convertirse en «el tío la vara» y crujir vivos a todos los rubalcabistas recortando en «silueeeeeta» e insinuando para los demás las dimisiones que no se exigió a sí mismo con resultados peores.

Puestos a «aberroncharse contra el rocaje vivo» Tomás Gómez puede invocar al poder de la vara con la que quiere sacudir a los demás, vara que se convierte en pluma cuando son sus espinillas las que aguantan el latigazo. Y puestos a imitar al gran José Mota, Gómez puede ser una Blasa de todo a cien imprecando su «¡Ay señor! Llévate pronto» (a Rubalcaba). Pero Gómez no tiene tanta gracia como José Mota. Ni para esto. Lo que tiene es más morro que espalda, más ansia viva que saber hacer, y ve más pajas en cualquier ojo ajeno que vigas en el propio. Si hay que dimitir, se dimite. Pero dimitir «pa ná» es tontería. Eso sí: que dimitan los demás que yo sigo acusando a los abuelos de los diputados que me doblan en la Asamblea de robar la infancia a los españoles para ver sin en lugar de doblarme, me triplican.

Vamos, que los madrileños son tontos y botan a ladrones o a nietos de ladrones. Y a rectificarla, a Parla. Gómez y sus asesores deben analizar su relevancia en los medios en los últimos tiempos al peso. A más titulares gruesos, de brocha gorda, mejor es el resumen de prensa. Mientras tanto las gallinas que entran por las que van saliendo.