Estreno

Crítica de cine/«Rabia»: Muerto el perro

«Rabia»: ¿Muerto el perro?
«Rabia»: ¿Muerto el perro?larazon

Dirección y guión: Sebastián Cordero. Intérpretes: Martina García, Concha Velasco, Gustavo Sánchez Parra y Alex Brendemühl. México/España/Colombia, 09. Duración: 95 min. «Thriller»/drama.

Lo confiesa el director: «Rabia» exuda el espíritu enfermizo de Polanski, del primero y más descarnado, aquel que intentaba desmenuzar cómo alguien termina perdiendo la cabeza lentamente. La forma en que el engranaje interior se le desmorona a una mujer con problemas sexuales, por ejemplo, y ya no distingue maneras, lo auténtico de lo ilusorio, lo crudo de lo pasado. Pero hay otros debajo de la ambiciosa, desasosegante película realizada por Cordero. Se pasea, avispado medio sordo, Buñuel, y no resulta entonces casual que el propio cineasta reconozca la influencia en su obra de Schroeder, otro que tal baila en lo que a influencias del aragonés compete. En efecto, el filme de Cordero recuerda a «El ángel exterminador», aunque aquí las tornas, retorcidas, cambien y quien no puede abandonar la metafórica casona del filme no es la pandilla de acaudalados burgueses, sino el en potencia sirviente de todos ellos, un inmigrante con la vida descompuesta por una muerte accidental que decide encerrarse en la mansión donde Rosa, su novia, trabaja de asistenta. Tras un arranque en exceso hiperbolizado para cuajar la trama, Cordero sabe poner en pie la turbia atmósfera de «Rabia», un aire espeso que augura tiempos peores. La casona destartalada que ocupa una familia descompuesta no parece ya habitada por un solo espectro animalizado; hay varios muertos que caminan, la alcohólica ama de la casa (espléndida Velasco), un hijo brutal y tarambana... Sólo parece respirar la dulce, la exasperada Rosa, el amor obsesivo del protagonista que consume vida y cordura entre paredes desconchadas, un amor sin fin y sin remedio porque a veces la realidad es dura.