Un día de canción feliz

La cita es en un bar de nombre elocuente. En «Madrid me mata» esperan Los Secretos. Y encima van a presentar toda su discografá en una caja. Así que la ocasión se presta a la nostalgia, pero no. «Vamos a sacar nuevo disco en cuanto lo tengamos. Haremos música como Jackson Browne, con 70 años», suelta Álvaro Urquijo, testigo de primera mano del tiempo que congelan, a modo de trofeo, alguna chupa de cuero, fotografías y reseñas de la época metidas en vitrinas en la pared del museo-bar. Que para eso, dicen, ha quedado la Movida, para el museo. En cambio, las cosas en Madrid han cambiado, los jóvenes prefieren una temática más positiva. A esta ola se suben Los Secretos (Urquijo, Ramón Redondo y Jesús Arroyo son la formación actual) que siempre han tenido un público de varias generaciones. El sábado espera verle el sector más joven, junto al superventas Jason Mraz, cuyos discos son todo un tratado de buenrollismo, y Georgina, fresca e inocente. «Cuando comenzamos, ya venían a vernos jóvenes y mayores. Y sigue siendo así», apunta el cantante, que tiene a Neil Young como su ídolo. Sus discos siguen gustando a la gente joven. «Es una costumbre española hacer desaparecer a la generación anterior. Y nuestro caso es especial porque no ha habido una promoción, sino el boca a boca», asegura.
Por eso no les preocupa haber sido elegidos para el cartel del Fnac Music Festival, que estará abarrotado de chicos que saben de la Movida por documentales. Su público, según él mismo lo define, lo formaría «una horquilla de gente culta. Por eso hemos desarrollado nuestra carrera a nuestro gusto, con un pie en la comercialidad, y el otro, en lo que nos gusta a nosotros: lo serio y bien hecho». El sábado, en Madrid, es el momento de demostrarlo.