Londres

Irán desafía a Reino Unido

Irán prometió venganza y no ha tardado en cumplir su palabra. La ira que siente el país ante las sanciones internacionales impuestas por su programa nuclear llevó ayer a cientos de estudiantes afines a la línea más radical del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, a irrumpir la Embajada británica en Teherán. Los analistas no dudan de que los jóvenes fueron orquestados por el régimen de los ayatolás.

«Muerte a Inglaterra». La turba de exaltados quemó banderas británicas y un retrato de la reina
«Muerte a Inglaterra». La turba de exaltados quemó banderas británicas y un retrato de la reinalarazon

LONDRES- La multitud quemó la bandera británica y la reemplazó por una iraní, destruyó retratos de la reina Isabel II, arrojó varios documentos por las ventanas y calcinó uno de los vehículos oficiales. Se trata del ataque más grave contra una legación diplomática desde 1979, cuando otro grupo de estudiantes ocupó durante 444 días la delegación de Estados Unidos ante la mirada cómplice del líder supremo, el ayatolá Ruhola Jomeini.

Mientras los manifestantes sembraban el caos en el edificio, otros jóvenes asaltaron el recinto residencial del norte de la capital, donde vive la mayoría de los funcionarios británicos. Seis de ellos fueron incluso tomados como rehenes por unas horas, pero a última hora de la tarde, cuando aún continuaban los actos vandálicos, ya habían sido liberados por la Policía.

El Gobierno de David Cameron mostró su indignación por lo ocurrido, tachó el episodio de «totalmente inaceptable» y acusó al Ejecutivo iraní de haber incumplido su deber de proteger a los diplomáticos tal y como establece la Convención de Viena. La tensión entre los dos países ha ido aumentando en los últimos días después de que el Parlamento iraní decidiese, por amplia mayoría, expulsar al embajador británico, Dominick Chilcott, que había llegado a su oficina hacía apenas unas semanas. El presidente del Parlamento iraní, Ali Larijani, dijo entonces que la votación tan sólo era «el principio de un largo camino». Mehdi Kuchakzadeh, uno de los diputados más radicales, ya sugirió que el pueblo iraní podría atacar la delegación británica.

La maniobra de los diputados respondía a la decisión de Londres de suspender todas las transacciones financieras con los bancos iraníes, incluido el Banco Central Iraní, a raíz de un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica que especificaba que el régimen islámico trabajaba para conseguir el arma atómica. Ahmadineyad negó las acusaciones y aseguró que el dosier de la ONU había sido inventado. Aunque EE UU y Canadá también anunciaron acciones de castigo, las británicas –aplaudidas desde Francia– han sido las más duras, ya que su industria petrolera se basa en gran medida en el Banco Central para ejecutar la mayoría de sus transacciones bancarias. Sancionar a la entidad tiene consecuencias drásticas para la economía iraní, aunque es muy poco probable que los principales compradores de crudo, como China, Japón o India, lleven a cabo las mismas sanciones. Sin embargo, según recogía ayer la Prensa británica, Italia y España –que son los mayores compradores de petróleo de Irán en Europa– ya estudiaban bloquear sus operaciones con el Banco Central.

Desde que comenzó la tormenta, los partidarios de Ahmadineyad siempre han defendido que la intención del presidente es suavizar las relaciones con la comunidad internacional. Según la televisión pública Press TV, Ahmadineyad dijo estar dispuesto a mantener conversaciones con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU –Reino Unido, Francia, China, Rusia y EE UU– junto con Alemania, grupo conocido como P5+1.

Las aguas de momento no van a calmarse. Hoy tendrá lugar una reunión de ministros de Exteriores de la UE para evaluar la situación. El encuentro estaba programado para discutir cuál sería la respuesta ante la expulsión del embajador británico, pero, sin duda, los ataques de ayer demandarán una actuación más contundente. Francia dio ideas al pedir que se prohíba la compra de petróleo iraní.

 

Paquete de medidas
El informe del organismo de la ONU en el que alertaba de que Irán perseguía la bomba nuclear impulsó un plan de sanciones.

Financieras
Reino Unido canceló todas las operaciones con el Banco Central Iraní, la medida más severa tomada por un país occidental.
Energéticas
EE UU ve con gran preocupación el «lavado de dinero» en Irán, por lo que impuso sanciones sobre los sectores energético y financiero.
Libre circulación
Herman Van Rompuy confirmó ayer que la UE prepara nuevas medidas. Podrían incluir la prohibición de viajes y otras congelaciones.