Estados Unidos
2050: una nueva odisea espacial
La industria aeroespacial también tiene derecho a soñar. El «pequeño paso para el hombre» que supuso conquistar la Luna, lejos queda del verdadero anhelo de la ciencia: enviar una misión a Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón; es decir, alcanzar la periferia de nuestro sistema solar.
Un grupo de científicos ha elaborado un plan para explorar los confines de nuestro sistema solar en la segunda mitad de siglo. El resultado de dicho proyecto es una nave espacial de ciencia-ficción que deja atrás a la cinematográfica «2001: Una odisea en el espacio». La planificación tiene lugar en el laboratorio la Universidad John Hopkins de Física con la colaboración de Ralph McNutt , uno de los jefes de la misión espacial no tripulada «Messenger», lanzada rumbo a Mercurio el 3 de agosto de 2004 y que se espera entre en órbita de Mercurio el 18 de marzo de 2011. El plan, publicado el mes pasado en la revista «John Hopkins APL Technical Digest», llevaría a la conquista de Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón a partir alrededor del año 2050. Un reactor de 100 MW nuclearesEl diseño de la misión consiste en futuras tecnologías avanzadas tales como un reactor de 100 MW nucleares con propulsores magnetoplasmadinámicos, basados en sistemas que utilizan la electricidad generada por paneles solares para acelerar las moléculas ionizadas y hacer posible la propulsión necesaria. Ya se han utilizado con éxito en misiones como la «Deep Space I», «Dawn» y «Hayabusa». Este sistema sería el más efectivo también para generar un escudo electromagnético que proteja de las radiaciones a la tripulación. Un viaje a Marte de nueve meses podría ser reducido a la tercera parte, según recoge la publicación «Ars Tecnica». Aunque para acelerar las partículas de argón se necesita un suministro energético superior al megawatio, sólo concebible con un reactor de fisión.Temperaturas extremasLa necesidad de un sistema de propulsión extrema se debe a que los astronautas se verían expuestos a altas dosis de radiación. Incluso en la Estación Espacial Internacional, que orbita dentro de la protección del campo magnético de la Tierra, los astronautas están expuestos a una radiación que supera dos veces el límite de los pilotos de aerolíneas estadounidenses. El estudio es, de momento, una hipótesis futurista sobre cómo se podría llevar a cabo semejante expedición. El plan de exploración ya no es una pura fantasía, y ahora se puede considerar con detalle suficiente para que la ciencia pueda identificar qué tecnologías concretas deben seguir siendo desarrolladas.Una misión de cinco añosEl plan de viaje a Neptuno, por ejemplo, fue diseñado con la misión de una duración total de cinco años para limitar la exposición a la radiación. Para configurar el espacio vital en el que los astronautas vivirían durante cinco años se han comparado los tamaños de los habitáculos del Skylab, la Mir de Rusia, y la Estación Espacial Internacional para poner un límite mínimo de 200 metros cúbicos por persona. Una tripulación de diez personas, por tanto, necesitaría el doble del tamaño de la nave del filme futurista «2001: Una odisea del espacio». Una misión a Neptuno costaría unos cuatro billones de dólares, más de la mitad del PIB de Estados Unidos. Debido al coste financiero asociado al plan, sólo sería posible su desarrollo a través de una colaboración internacional a gran escala.
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