Madrid y Barça contra todos

Barcelona- Ni los pisotones de Pepe ni la manita de Piqué. Ni siquiera el dedo de Mourinho. Nada puede contra el dinero. Real Madrid y Barcelona difieren en muchas cosas, pero cuando les tocan el bolsillo todo queda aparcado en beneficio del bien común. El último ejemplo ha llegado con la intención de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de trasladar la disputa de la Supercopa a China tras recibir una oferta millonaria. Todos los clubes están de acuerdo con la idea. Todos menos los dos «grandes», que se oponen rotundamente a la propuesta.

Mientras que en otros países, como Italia, la Supercopa ha viajado por el mundo entero, en España sigue disputándose a doble partido en casa de los dos finalistas, que se quedan con casi toda la taquilla que logran. La propuesta que puso ayer la Federación sobre la mesa a todos los clubes, a raíz del acuerdo alcanzado con «United Vansen International Sport», empresa organizadora de eventos deportivos en Asia, es muy provechosa económicamente para la mayoría de clubes, excepto para Real Madrid y Barça. «Vamos a ganar mucho dinero jugando allí, es una cuestión económica. A nosotros nos interesa jugar allí y a ellos no, son motivos justos», exponía Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, a la salida de la reunión.

Las cifras que se manejan ponen en evidencia el conflicto. En caso de que la Asamblea General federativa aprobara la propuesta de disputar las próximas siete Supercopas en el «Nido» de Pekín, el acuerdo contempla un ingreso de 8 millones de euros en caso de jugar Madrid y Barça y 6 millones si sólo la disputa uno de ellos. La RFEF se quedaría con un millón y el resto se repartiría a partes iguales entre los equipos participantes. Unas cantidades que chocan frontalmente con los intereses de Madrid y Barça. Los azulgrana, por ejemplo, recaudaron 7,4 millones sólo en concepto de taquillaje en el mes de agosto en el partido de ida de la Supercopa 2012.

Además del desgaste físico de los jugadores, viajar hasta China supondría ingresar una cantidad muy inferior a la actual para los dos «grandes», todo lo contrario que para el resto de clubes, que ingresarían mucho más. La situación genera un gran problema a la Federación, que apuesta decididamente por China.