Moscú
Golpe a la mafia rusa
Dmitry Konstantino-vich Belkin se alojaba en la capital desde hacía bastante tiempo. Puede que usted se haya cruzado con él y ni siquiera haya reparado en que este hombre de mediana edad, algo rellenito y de ojos claros es el capo de una sangrienta organización criminal rusa llamada Medvekovskaya-Orekovskaya.
Tras una larga investigación, agentes de la Guardia Civil le detuvieron el pasado 26 de abril en Madrid, según informaron ayer la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil en un comunicado. Sobre Belkin pesaba una orden de búsqueda y detención para extradición emitida por la Fiscalía del Distrito de Odintsovo en la región de Moscú. Y es que en Rusia se le acusa de constituir una organización criminal con el propósito de cometer delitos graves, dirigir dicha organización y grupos dependientes de ella y asesinar al principal investigador de la Fiscalía de Odintsovo.
Dmitry huyó a España para tratar de burlar la Justicia de su país y, una vez aquí, adoptaba las «clásicas» medidas de prevención: diversas documentaciones falsas y no dormir varios días seguidos en el mismo lugar, para dificultar su localización por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Así, Belkin solía alojarse en hoteles y apartahoteles siempre durante cortos periodos de tiempo para no levantar sospechas.
Dmitry llevaba más de diez años a la cabeza del grupo criminal organizado Medvekovskaya-Orekovskaya. Estaba considerado el máximo dirigente desde 2003, cuando agentes de la Guardia Civil detuvieron en Marbella a Andrey Pylev, sobre el cual pesaba una orden de detención internacional por los delitos de asesinato, bandolerismo y creación de grupo criminal. A Pylev se le consideraba responsable de más de una treintena de asesinatos, además de numerosos delitos de extorsión de empresarios y robos. Al caer Pylev y otros criminales como Sergei Butorin y Marat Poliansky –estos dos considerados líderes de la organización Oreskhoskaya–, Dmitry asumió la «dirección» de esta banda organizada.
✕
Accede a tu cuenta para comentar