Disolver a tiempo

Montilla decidió apurar al máximo la convocatoria de elecciones en Cataluña porque pensó que de esa manera tendría más posibilidades de remontar el vuelo y mejorar su resultado. Baldío intento. A medida que transcurrió el tiempo sus expectativas fueron empeorando. Hay un momento en el que los gobernantes han dado ya de sí todo lo que pueden, y la caída en imagen que tienen es casi imposible levantar. Con frecuencia ocurre que mientras más se aferran al poder peor es la respuesta del electorado. No por prolongar más la legislatura el final va a ser mejor. A veces si uno convoca elecciones anticipadas se ahorra el perjuicio de recoger los frutos de una gestión que va en picado. A Montilla le ocurrió que a medida que transcurrieron los meses le fueron cada vez más negativas las encuestas. Y al final sucedió que el resultado fue incluso mucho más desastroso de lo vaticinado.
Zapatero viene cosechando mes tras mes un saldo cada vez más negativo. Pasó del empate técnico con el PP a una ligera desventaja con relación a Rajoy. Finalmente se ha estancado en este escenario de pérdida imparable de posiciones que demuestra la encuesta que hoy publica LA RAZON, aunque hasta los sondeos más favorables le han augurado un histórico descalabro. Con excepciones puntuales, la tendencia es al retroceso con más erosión y menos posibilidades de recomposición. Pueden funcionar alguna vez los fuegos de artificio de Blanco y Rubalcaba, pero si la economía no mejora, difícil lo va a tener nuestro admirado presidente.