Ana Botella

Llega la hora del consuelo

Las familias de las víctimas del Madrid Arena, en el centro de las plegarias a Nuestra Señora de la Almudena

la lluvia obligó a celebrar la Eucaristía en honor a La Almudena en el interior de la catedral pero no impidió la tradicional procesión
la lluvia obligó a celebrar la Eucaristía en honor a La Almudena en el interior de la catedral pero no impidió la tradicional procesiónlarazon

MADRID- Con la investigación de la tragedia del Madrid Arena en manos de la Justicia y las cuatro víctimas mortales ya descansando en paz, sus familiares pueden finalmente despedirse de ellas y superar su pérdida. Mientras se depuran las responsabilidades de lo sucedido la noche de Halloween, las familias comienzan un camino nuevo en sus vidas que no será fácil de recorrer.

El doctor en Psicología Valentín Martínez Otero explica que «en los primeros momentos se vive un periodo de "shock", de bloqueo». Una vez superado ese primer momento, según señala el especialista, llega el de la aceptación, que es el que están viviendo los allegados de las víctimas en estos momentos. «Dependiendo de la personalidad de cada uno, se afronta de una manera u otra, lo que determina que se vivan más o menos altibajos o periodos de frustración o tristeza», detalla.

Consuelo en la fe

Como es lógico, en momentos tan terribles como los que están viviendo los seres queridos de las víctimas, la necesidad de cariño y compañía es evidente. «Es importante que estén arropados por los suyos, que reciban ayuda de profesionales y, sobre todo, que se expresen y hablen del tema. Es bueno desahogarse porque permite que se mantenga una actitud más positiva», añade Martínez Otero.

También en estas situaciones tienen mucho peso, a la hora de afrontar la muerte y una vida diferente, las creencias religiosas de cada uno. La fe en el más allá es crucial para muchas personas, aunque en alguna ocasión, y sobre todo cuando se habla de la pérdida de un hijo, un hermano o un amigo, puede tambalearse e incluso perderse. «El dolor siempre está ahí, pero hay gente religiosa que le da un sentido trascendental. Puede que haya a quienes les mitigue el dolor el creer que el fallecido ha pasado a una mejor vida, pero también los hay que en momentos así, y más hablando de un hijo, pierden la fe por completo», concluye.
En este sentido, el apoyo que recibieron ayer del cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y la alcaldesa de la capital, Ana Botella, durante la celebración de la festividad de Nuestra Señora de la Almudena puede contribuir a aliviar a sus familias. Durante la homilía con motivo de la patrona de la ciudad, Rouco Varela pidió protección a la Virgen, en especial «para los jóvenes, víctimas principales de la crisis moral y de humanidad que nos invade».
«Urge una verdadera conversión personal y ciudadana de la sociedad madrileña y la llamada urgente a la conversión debe comenzar por nosotros mismos», afirmó el cardenal arzobispo de Madrid, que instó a las instituciones económicas, sociales y culturales y a las autoridades públicas a proporcionar formas de tiempo libre para los jóvenes «sanas para el cuerpo y el alma».

Igualmente, durante la renovación del Voto de la Villa ante la Virgen de la Almudena, la alcaldesa ha aludido al dolor de Nuestra Señora por la pérdida de su Hijo en referencia a las cuatro víctimas del Madrid Arena. «Sabéis muy bien que es la pérdida de más difícil consuelo. Por eso os pido que extendáis el manto de vuestra infinita misericordia sobre los padres de Cristina, Katia, Rocío y Belén, y sobre todos sus familiares y amigos. Para que les ayudéis a sobrellevar el dolor de su ausencia», afirmó la regidora, que también tuvo palabras para rezar por la recuperación de María Teresa, la joven que permanece ingresada en estado crítico.

Corazón generoso
Botella aseguró que todos los madrileños han sentido como propio el dolor de las familias y, en este sentido, recordó la solidaridad de la ciudad con las víctimas de la tragedia y con los que sufren la crisis económica. «Ante vuestra imagen traigo la lección imperecedera de este Madrid que, en medio de las dificultades, siempre es capaz de dar lo mejor de sí mismo», señaló la regidora, que apeló al «corazón generoso y solidario» de quienes ayudan a otros.
El Voto de la Villa es una tradición de la ciudad que desde 1964 han renovado los alcaldes de la capital ante su patrona y este año es la primera vez que lo realiza Ana Botella como primera edil de la ciudad. «Como aquellos primeros devotos de hace más de diez siglos, los madrileños también os confiamos nuestras ilusiones e inquietudes con el deseo de que nos protejas», concluyó Botella en la catedral de la Almudena.