Cantabria
Cosquillas a Zapatero
No es la primera vez que lo pongo negro sobre blanco, pero me parece conveniente insistir, pese a la obviedad, en que la vivienda no constituye ningún problema social en un país como España donde el ochenta y tres por ciento de las familias posee su casa o piso en propiedad y más de un quince por ciento es dueña de una segunda residencia. Se trata, pues, de una polémica ficticiamente fabricada por grupos políticos e ideológicos en busca de caladeros electorales tan agotados como entregados. Cosa distinta es que en las grandes ciudades sí se haya alcanzado un cierto umbral, hoy decreciente, de precio de compra o de alquiler que en efecto distorsiona gravemente la necesaria movilidad geográfica y laboral. Sin embargo, ahí es donde sorprende la lacerante e insuficiente deducción por arrendamiento de vivienda que, incomprensiblemente, no se contempla para quienes ingresan más de veintiún mil euros brutos anuales en un auténtico estacazo, otro más, a las clases medias aparte de la absurda contradicción que ello supone con el retórico discurso oficial. Por tanto, si Griñán piensa plantar cara a Zapatero por los recortes del gobierno central en VPO que sepa que se expone al mismo ridículo que arrojan las cifras del plan concertado de vivienda y suelo, por no citar la fútil ley andaluza de derecho a la vivienda, un subproducto normativo más virtual que real. Así que, como diría el castizo, esos dídimos en los Despeñaperros de la Deuda Histórica, de la devolución de las entregas a cuenta o de la reprogramación de las infraestructuras. Porque si San Telmo quiere marcar distancias con Moncloa con este pellizco de monja de la vivienda protegida más le valdría a Griñán buscarle las cosquillas a Zapatero vetándole el consumo de las quisquillas de Motril. Al presidente Revilla con sus anchoas de Cantabria no le va mal e incluso sale más en el telediario que nuestro prócer de aquí.
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