Atenas
La eurozona vuelve a temblar ante la falta de acuerdo en Grecia
El Ecofin rechaza la oferta de los acreedores privados y pide un interés inferior al 3,5% en los nuevos bonos helenos
Los ministros de Finanzas de la zona euro se reunieron ayer en todos los formatos posibles: los socios de la moneda común, los firmantes del pacto fiscal (todos menos Reino Unido) y los adscritos al fondo de rescate permanente, que incluye los del euro y otros miembros sin la moneda común. Un rosario de sillas y agendas que ilustra que la UE está respondiendo a la crisis como mejor sabe: multiplicando sus estructuras e ingeniería legislativa pero sin encontrar las soluciones. Como comprobaron los responsables económicos de la Unión, los desafíos del pasado año siguen sobre la mesa: la creación de un cortafuegos suficientemente creíble que blinde al euro y la solución final a la sostenibilidad de Grecia.
El acuerdo que no llega
Los ministros de Economía del euro rechazaron ayer la oferta de los acreedores privados y exigieron un interés inferior al 3,5% en los nuevos bonos helenos a 30 años, que sustituirán a los actuales. «Los ministros han pedido a Grecia que continúe negociando para lograr un nivel de interés claramente inferior», declaró Jean-Claude Juncker al término del Eurogrupo en rueda de prensa.
Atenas tiene que hacer frente a pagos de sus bonos por valor de 14.400 millones de euros el 20 de marzo. Para contar con los 130.000 millones del segundo rescate, necesarios para este pago, el Gobierno tiene que terminar primero las negociaciones con la banca sobre la quita del 50% sobre los títulos.
El responsable de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, dijo a su entrada ayer al Eurogrupo que «tenemos una cooperación muy constructiva con el sector privado, y estamos listos para concluir el procedimiento a tiempo». Un mensaje de calma que también trasladó en el interior a sus homólogos de la eurozona.
Además, los ministros tienen ante sí el reto de ultimar el pacto fiscal que abandera Angela Merkel, sin partir Europa en dos, y presentar un plan creíble para recuperar el crecimiento y el empleo para el año en el que la UE entrará en recesión de nuevo. Pero esta vez con unas arcas en números rojos que les impide el alegre bombeo de billones que les permitió recuperar el crecimiento en 2009.
El riesgo principal continúa siendo Grecia. La incapacidad de su economía de recuperar el paso, a pesar de los 110.000 millones del primer rescate, ha producido que en el año y medio largo de tragedia helena se hayan roto todos los tabúes (rescate, renegociación de la deuda, posible salida del euro) para acercarse ahora a uno nuevo y que podría dejar al euro sobre la lona en este momento de debilidad: una quiebra descontrolada de Grecia, que extendería un terremoto financiero.
Las discusiones sobre Grecia probablemente monopolizaron, como ha sucedido en otras ocasiones, la discusión de los ministros que continuaba al cierre de esta edición, y que también abordaron el tamaño del fondo de rescate permanente de 500.000 millones de euros, así como sus reglas de voto, y el nuevo pacto fiscal.
Ambos temas están entrelazados porque Alemania no quiere aumentar el tamaño del fondo sin tener el pacto fiscal en funcionamiento, y que fijará al código genético del euro un techo de déficit del 0,5% del PIB.
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