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Fernando Alonso tira de oficio

En Suzuka Fernando Alonso partía en unas condiciones difíciles de afrontar porque la superioridad de los Red Bull con el asfalto seco fue abrumadora.

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Después de lo ocurrido ayer en el circuito de Suzuka, el título de 2010 es prácticamente cosa de tres: Vettel, Webber y Alonso. El alemán ganó la carrera de forma incontestable; su compañero, líder de la general, cumplió el guión establecido y sumó más puntos para su casillero; y Alonso acabó tercero con un bólido incapaz de hacer frente a los coches energéticos.

Button se descolgó un poco más, Hamilton sólo pudo ser quinto y, lo que es peor, volvió a romper el cambio y si lo tiene que sustituir perderá cinco posiciones en parrilla de salida en la próxima carrera. La misma historia que este fin de semana y sus fatales consecuencias. Matemáticamente, aún opta al título, pero empieza a ser, junto a Button, un firme candidato a abandonar la lucha en la siguiente cita.

Alonso llegó a Japón con el claro objetivo de «aguantar el tirón» en un escenario nada propicio para su monoplaza. Y, después de todo, consiguió un resultado completamente inesperado visto lo visto durante el fin de semana. Fue un Gran Premio extraño. La torrencial lluvia caída el sábado obligó a la dirección de carrera a posponer la sesión de clasificación a horas antes de disputarse la prueba. Y no resultó una jornada fácil.

Afrontar los entrenamientos clasificatorios el mismo día de la prueba entrañaba mucho riesgo. No sólo había que conseguir un buen puesto en parrilla, había que apretar los dientes porque cualquier salida de pista podía arruinar la carrera en caso de que los mecánicos no tuvieran tiempo de subsanar cualquier desperfecto.

Desastre de Hamilton
Nadie cayó en esta encrucijada y fueron los Red Bull los que coparon la primera fila por delante de Hamilton (que luego fue trasladado cinco posiciones en cumplimiento de su sanción por sustituir el cambio), Kubica y Alonso. En Suzuka Renault estuvo muy fuerte y sólo la mala fortuna evitó que el polaco subiera al podio.

En la salida, Alonso repitió la historia de las últimas carreras. Sus arrancadas no son buenas. Vettel salió como un ciclón y a su compañero Webber le «robó» la cartera Kubica, que aceleró mejor que nadie. También Button superó a Fernando, aunque pocos metros después, el de Ferrari recuperó su plaza tras protagonizar una arriesgada maniobra que le salió muy bien milagrosamente.

Mientras tanto, por detrás Massa volvía a hacer de las suyas y chocó contra Liuzzi. Se acabó la posibilidad de restar algún punto a los rivales de Ferrari y no sólo eso, porque Petrov y Hulkenberg hacían lo mismo a escasos metros. El coche de seguridad debió neutralizar la prueba y en ese periodo de tiempo Kubica quedaba eliminado después de perder la rueda trasera en plena marcha. Esto dejó vía libre a Webber y Alonso, que se colocaron en puestos de podio.

Con la resalida, la carrera se convirtió en un monólogo de los Red Bull, que controlaron la carrera de principio a fin. Vettel, Webber y Alonso se marcaron estrechamente y Button, que adoptó una estrategia disparatada para alguien que mira al título, se descolgó hasta el quinto puesto nada más pasar por boxes. Esta vez las estrategias no marcaron la diferencia. Al final, sólo Button escaló una posición gracias a la avería en el cambio de Hamilton, que disputó el último tercio del Gran Premio sin la tercera marcha.

Con la victoria de Vettel, la clasificación se estrecha algo más y todo apunta a un duelo entre los pilotos de Red Bull y Alonso. Por su parte, Jaime Alguersuari acabó la carrera muy retrasado después de sufrir un toque con el ídolo local, Kobayashi, que se marcó un carrerón. El catalán llegó a rodar en la zona de puntos, pero el incidente le condenó.