Lo que anhelo y lo que busco por Santiago Martín

Habitualmente comento lo que sucede en la Iglesia sin que me implique personalmente aquello de lo que hablo. En esta ocasión, por el contrario, hablaré de algo que me afecta directamente. Me refiero a la aprobación por el Papa de los estatutos de los Franciscanos de María, que no sólo es mi familia espiritual sino que el Señor me eligió, sin mérito mío, para ser su fundador.

¿Qué siente un fundador ante algo así? Gratitud al Señor, ante todo, y a las personas que han hecho posible este momento. En segundo lugar siento una enorme paz. El niño ya ha nacido y tiene vida propia. Si yo fallo o fracaso, seguirá adelante. En tercer lugar quizá debería sentir responsabilidad. Sin embargo, lo que siento sobre todo es confianza. Tanto los que me rodean como yo hemos sido siempre conscientes de que esto era posible no por nuestros méritos sino por la acción del Espíritu Santo y la protección amorosa de la Virgen María.

Estas tres cosas llenan mi corazón ante la aprobación pontificia y me hacen sentir exultante. Pero lo más importante sigue siendo lo que empecé a buscar cuando me consagré. Cuando San Francisco de Asís le preguntó a Santa Clara qué buscaba, ella contestó: «Dios». Eso es lo que he anhelado siempre y lo que sigo buscando.