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«Éste es mi final como bailarín»

El artista, nombrado ayer, explica las líneas generales de su proyecto como nuevo responsable de la institución.

Najarro en «Suite Sevilla»
Najarro en «Suite Sevilla»larazon

La Ministra de Cultura lo presentó ayer de forma oficial. Antonio Najarro, el nombre que sonaba con más fuerza, será finalmente quien dirija el Ballet Nacional de España a partir de septiembre y durante los próximos cinco años. Madrileño de 1975, fue bailarín en la formación entre 1997 y 2002, y durante ocho años ha coleccionado aplausos con su compañía privada.

-Han concursado 16 proyectos en total. ¿Qué cree que ha convencido al Ministerio del suyo?
-He intentado que el mío sea sincero, claro, fácil de entender y basado en mi experiencia. He tenido la suerte de vivir muchos momentos en mi vida muy vinculados al BNE.

-¿Cuáles son las líneas generales de su propuesta para el BNE?
-Hacer un cambio progresivo, muy respetuoso y constructivo. He vivido otros en el BNE y destruir lo que ya se hacía no es positivo ni para el Ballet ni para los artistas. Quiero que haya una futura armonía entre la reposición de obras de repertorio de todos los estilos de danza y la creación nueva. He propuesto que el Ballet sea un punto de encuentro de toda la danza española.

-¿Tiene pensados cuáles serán esos títulos de repertorio?
-Hay muchos. Tengo muchas ganas de tocar el folclore, que está un poco apartado.

-Ha sido empresario antes que fraile. ¿Le ayudará en la gestión?
-Pienso que sí, llevo luchando nueve años por mover una compañía de 28 personas por todo el mundo con música en directo. Empecé de la nada con un espectáculo de gran formato y sé lo que cuesta; hay que tener un punto práctico, sin que interfiera en la calidad y el rigor de las propuestas; es indispensable en estos tiempos de crisis.

-Le toca bailar con la más fea...
-El momento no es el óptimo, por eso hay que ser muy prácticos en las produciones nuevas. Y pensar que lo principal es la danza, el baile, el intérprete. Luego, todo lo que pueda acompañar, bienvenido sea, pero siempre pensando que el Ballet se tiene que mover.

-¿Qué espera de la compañía? ¿Habrá audiciones?
-Necesito estudiar el estado actual de los bailarines. No puedo decir si las voy a necesitar o no hasta que no los vea. Quiero que vean cómo trabajo. El éxito que haya podido tener en mi compañía privada se basa en el tratamiento a los artistas. Quiero que ellos vivan eso, y cuando vea su reacción y hasta dónde pueden llegar, tomaré decisiones.

-Dejará de bailar estos cinco años. Se planta en 40 cuando acabe, una edad incómoda. ¿Es un sacrificio?
-Me da pena, claro, porque amo pisar el escenario, pero no me produce frustración porque lo que tengo entre manos me llena muchísimo.

-¿Es una retirada prematura?
-Sí, eso lo tengo clarísimo, esta dirección supone el final de mi carrera como bailarín.

-Pero no como coreógrafo...
-No, no, tengo muchas cosas que decir todavía.

La necesidad de tener un teatro fijo
Aunque Najarro se formó en el BNE entre 1997 y 2002, es prudente al comparar a aquel ballet con éste de ahora: «No puedo juzgar porque hace ocho años que lo dejé, he estado ese tiempo con mi compañía. Conozco muy bien la estructura, la dinámica y el funcionamiento, pero no sé en qué estado se encuentra ahora. Lo primero que tengo que hacer es observar y estar muy integrado y presente en todo lo que pueda, y a partir de ahí hacer una valoración». La compañía seguirá actuando en el Teatro de la Zarzuela, pero el nuevo director tiene claro que «por supuesto, el BNE necesita tener un teatro. Pero en el momento que estamos viviendo, lo veo más difícil todavía». Y añade: «Una de las pautas que he puesto es que haya en todas las temporadas un periodo concreto de exhibición en un teatro que el público asocie al BNE». Najarro asumirá el cargo en septiembre. Le esperan giras por China, una función en la Ópera de Omán y una semana en Rusia, cerradas por la anterior dirección.