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«Estáis en vuestra casa»

Los domicilios madrileños abren sus puertas a gente de toda Europa que quiere celebrar esta fiesta en España. 

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Al menos 30.000 extranjeros, y numerosas familias de toda España, han acudido a Madrid para celebrar el Día de la Familia. Casi todos se alojan en hogares de familias cristianas que amablemente han abierto las puertas de sus casas para darles todo el calor y el cariño que la ocasión se merece. Es un acto de amabilidad y de solidaridad que cada vez más familias están dispuestas a realizar, ya que tanto los anfitriones como los invitados coinciden en valorarlo como experiencia enriquecedora, en la que se hacen amistades y se aprenden costumbres y tradiciones.

David García es uno de los madrileños que ha abierto su casa. Es la primera vez que acoge a una familia extranjera como anfitrión, aunque vivió la experiencia en años anteriores, cuando vivía con sus padres. Ha recibido en su casa a una familia compuesta por el tío y tres sobrinos procedentes de Francia, acompañados de un amigo suizo. «Esta familia viene porque, al igual que nosotros, también quieren defender a la familia cristiana y es muy importante ayudarlos a mostrar esta alegría que nosotros tenemos al celebrar un día tan importante como hoy. El desarrollo de la familia cristiana es muy importante para toda Europa», afirma David. Llegaron el jueves por la noche y es la primera vez que pasan el fin de año en Madrid.

David explica que «la fe la he vivido desde siempre, y aunque tuve una época que dejé de ir a misa, después entendí que la fe era muy importante en mi vida. En el día a día hay muchas adversidades y sufrimientos, pero con Dios todo eso se supera, porque Él está vivo y el cielo existe». No sólo defiende la importancia de la familia, sino la del «amor al prójimo, que es la base de la fe».

Antonio Rodríguez forma junto a su mujer y sus siete hijos una de tantas familias «muy numerosas» que cada año acuden a este acto. El año pasado acogieron a una familia polaca, con la que «los niños practicaron el inglés».

La clave es el perdón

«Siempre hemos sido creyentes. La fe es fundamental en nuestras vidas e inculcamos a nuestros hijos que vivan la fe como la hemos vivido nosotros», afirman. Antonio considera que una de las claves esenciales de una familia ha de ser, siempre, el perdón. «Saber perdonar te cambia el corazón, el perdón ablanda el corazón, y para eso, está el Señor para ayudarnos día a día a conseguirlo». Antonio considera que «la familia está por encima de todo, y hay que salir a la calle a celebrarla, sobre todo en estos tiempos de crisis económica y crisis de fe».