Los hombres con los dedos de las manos largos tienen mayor probabilidad de sufrir una lesión de rodilla

La investigación, que evaluó a más de 1.000 adultos estadounidenses de mediana edad y mayores, ha revelado un riesgo más elevado de sufrir lesiones de rodilla entre los hombres con una mayor diferencia en la longitud de sus dedos índice y anular. 

Los investigadores recuerdan que, en general, los hombres suelen tener dedos índices relativamente cortos y dedos anulares más largos, mientras que las mujeres presentan más equidad en la longitud de esos dos dedos.

Se cree que una diferencia importante entre ambos dedos, tanto en hombres como en mujeres, reflejaría una mayor exposición a la hormona testosterona en el útero materno.

El coordinador del estudio, el doctor Ida Haugen y su equipo observaron los datos de 1.020 adultos estadounidenses de entre 51 y 92 años, y se focalizó el estudio en sus antecedentes de lesiones de rodilla y síntomas de artritis. Además, analizaron radiografías de las manos y las rodillas de los sujetos.

En general, el 28 por ciento de los hombres y el 23 por ciento de las mujeres afirmaban haberse lesionado la rodilla. No se registró relación entre la longitud de los dedos y las lesiones de rodilla entre las mujeres, así como tampoco entre la longitud de los dedos y la artritis en ninguno de los sexos.
 

Sin embrago, estas lesiones se había producido hasta en un 78 por ciento más entre el tercio de hombres con la mayor distancia en la longitud de sus dedos, comparado con el tercio con la menor diferencia entre ellos.

Aunque no se sabe por qué existen esos vínculos, una teoría es que la exposición a la testosterona en el inicio de la vida jugaría un papel clave.
 

«El cartílago que amortigua las articulaciones es sensible a la testosterona, por lo que es posible que una mayor exposición a esta hormona haga de alguna manera que el tejido sea más vulnerable al daño», ha explicado Haugen.

No obstante, recuerdan que el riesgo de una persona de padecer una lesión de rodilla o artritis depende mucho más de factores como la edad, la actividad física y el peso corporal y, por tanto, los investigadores niegan que este estudio deba preocupar a los hombres con los dedos largos.