Portugal

El partido de los anónimos

Del Bosque destaca la labor de los jugadores menos mediáticos / España derribó el muro de Queiroz

El partido de los anónimos
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Del Bosque sonreía al principio del encuentro. Risa nerviosa, tensa. Queiroz estaba más serio, apoyado en el banquillo, preocupado porque todo lo que había pensado, lo que estaba escrito en su libreta, saliera bien. Y lo que había escrito era defender, defender un poco más, defender y después, si era posible, buscar la portería de Casillas. Pero lo primero era lo primero. El partido se movió en los términos previstos. Del Bosque repitió equipo titular por primera vez. Jugaron los mismos que ante Chile. El balón iba a ser para España y los espacios, para Portugal. O ni eso. El equipo luso, cero goles encajados en Suráfrica hasta ayer, fue la negación del ataque. Del Bosque colocó una defensa muy adelantada para reducir el campo y Cristiano no encontró su sitio. Ni partiendo desde la izquierda, como al principio del partido, ni como delantero centro, esa posición que no le gusta, como él mismo reconoce. Ésa fue la variante que buscó Queiroz en la segunda parte, poner a su estrella en punta, pero apenas le dio tiempo a lucir porque Villa no tardó en marcar. El entrenador portugués fue puro nervio, casi siempre levantado, dando instrucciones, moviendo las manos, pidiendo concentración... Decepcionado después del tanto que marcó «El Guaje».Del Bosque dejó el miedo para sus acompañantes. Reina, uno de los animadores del equipo, no estaba ayer para fiestas. Estaba serio y preocupado, agarrotado, como Toni Grande después de que Llorente tuvieran en su cabeza la posibilidad de colocar el 1-0. Del Bosque, tranquilo. Hizo debutar al «9» del Athletic Club, que aportó más que el desesperado Torres. Otra jornada más, el «Niño» se fue con el gesto torcido. Después dis- putó unos segundos Marchena. Apenas quedan los dos porteros suplentes (Reina y Valdés) y Albiol, ahora lesionado, por jugar en Suráfrica. Tras el partido, el salmantino tuvo un primer recuerdo para esos jugadores menos mediáticos que también suman, que lo dan todo: «Capdevila, Busquets... Han hecho un partidazo». Y quieren seguir: «El grupo sabía que estaba bien y está con ganas de hacer historia. De momento, estamos entre los ocho mejores». Que siga.