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Cae el líder de los Moñiz Alcaide

La Razón
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MADRID- Le llaman «El Piojo» porque era un crío cuando comenzó a ponerse al volante –dicen que con siete años ya sabía conducir– y porque es bajito de estatura. Jonathan Moñiz Alcaide sólo tiene 26 años pero su vida delictiva ya es la de un veterano. Su familia, residente en un poblado de Perales del Río, estaba considerada por la Policía desde hace varios meses como la más activa del momento en «alunizajes».

Con la detención de «El Piojo» y de otros cinco jóvenes más por parte de los agentes de la Guardia Civil se pone fin a las andanzas de este jóven que, a su corta edad, ya acumulaba 15 antecedentes policiales y sobre el que pesaban ocho órdenes de búsqueda –entre todos los arrestados suman medio centenar de antecedentes–. Además de los «alunizajes» –Jonathan era siempre el encargado de conducir– también daban palos a golpe de mazo, entre ellos a algunas boutiques de la Milla de Oro, como la tienda de Loewe asaltada el mes pasado. Pero esta banda también está detrás del famoso robo de 19 vehículos de lujo de un concesionario de Fuencarral a principios de febrero.

 La destreza al volante de «El Piojo» y su conocimiento acerca de este tipo de delincuencia era tal que además de contar con «equipo propio», a veces le llamaban para trabajar para otras bandas. El miembro más activo de los Moñiz Alcaide estuvo a punto de ser detenido por la Policía Nacional hace diez días, pero logró huir, y finalmente la Guardia Civil le arrestó el pasado martes en una de las viviendas de su familia de Perales del Río, una zona en la que es habitual que aparezcan restos de vehículos calcinados. No obstante, éstos tenían una nave alquilada en Aranjuez donde solían despiezar los vehículos robados o utilizarlos para el «alunizaje». Cuando los agentes entraron a por él, «El Piojo» se escabulló una vez más y se escondió en un falso techo de una de las infraviviendas. Pero esta vez no tuvo suerte y lo pillaron.

Con la «operación "Grinch"», que comenzó el pasado mes de septiembre tras el robo con violencia a una distribuidora de bebidas de Valdemoro, se han esclarecido hasta el momento una docena de robos con fuerza en Madrid, Extremadura y Castilla-La Mancha. Los investigadores calculan que perpetraban cuatro o cinco asaltos a la semana y les han intervenido, además de armas, joyas, bolsos de primeras marcas («EL Piojo» había regalado un bolso Loewe a su novia), perfumes, cosmética, accesorios para viajar en moto (como monos y 30 cascos) detectores de radares, mucho tabaco, varios motores de coches de distintas marcas y piezas de vehículos aún pendientes de identificar.